Biden no tiene la intención de permitir que nadie ingrese al país (ver más abajo), pero todavía hay cierto efecto de atracción. El cambio en la política estadounidense, por pequeño que sea, está creando expectativas en Centroamérica. “Realmente esperan una política más flexible”, dice Patricia Verbauwhede, gerente regional para Centroamérica de la ONG Broederlijk Delen.

Biden respondió a las críticas sobre la afluencia en la frontera esta semana señalando que la cantidad de migrantes aumenta cada año a principios de año. También hay algo de verdad en esto. “Incluso con las estrictas políticas de Trump, el flujo migratorio ha sido imparable”, dice Verbauwhede. “Numerosas caravanas se han ido a Estados Unidos en los últimos años, incluso bajo Trump, aunque sabían que no tenían ninguna posibilidad”, dijo Alma De Walsche, periodista independiente y experta de América Latina. “También hubo una gran afluencia de inmigrantes jóvenes bajo Trump, por ejemplo, en 2019, fue tan grande como lo es ahora”, agrega Soenens.

Biden puede crear expectativas, pero quién vive en la Casa Blanca ciertamente no es decisivo. Hay muchas otras razones por las que tantos centroamericanos están huyendo de su región: toda una serie de problemas profundamente arraigados en la sociedad.