Descubierta una nueva ballena, con plástico en el estómago

La semana pasada publiqué sobre un mini animal. Esta semana sobre un animal en el otro extremo del espectro de tamaño: una ballena. Uno de los animales más grandes de la Tierra. ¡Y una nueva especie! Uno esperaría que una bestia tan enorme se conociera desde la época de Linneo en el siglo XVIII, o que se avistara en los grandes viajes de descubrimiento del siglo XIX. Al contrario, es una especie que siempre ha permanecido bajo el radar de los zoólogos, solo ahora conocida y con nombre: Balaenoptera salesi, o Ballena de arroz. Dale W. Rice (1930-2017) fue un destacado experto en ballenas, autor de una obra de referencia sobre mamíferos marinos; una vez descubrió que las barbas viven en el Golfo de México. Resultó ser una especie completamente nueva.

El motivo del descubrimiento no es tan bonito. El 29 de enero de 2019, se encontró una ballena muerta en el extremo sur de la península de Florida, cerca de Flamingo en el Parque Nacional Everglades. Era un macho adulto con una longitud de 11,26 metros. En el estómago se encontró una pieza de plástico plana y puntiaguda de 6,6 por 6,2 por 0,2 centímetros que había causado sangrado y muerte del tejido; el pedazo de desecho es visto como la causa directa de la muerte del animal demacrado.

El único con un área de distribución limitada

La especie recién descubierta pertenece al género de los verdaderos rorcuales comunes, Balaenoptera. Hasta hace poco, había de cinco a ocho especies, dependiendo de la literatura que mires. La más grande es la ballena azul (unos 30 metros de largo, el récord es de 33,5 metros), la más pequeña es la ballena minke hasta 10 metros. Hasta ahora, las ballenas avistadas o arrastradas a tierra en el Golfo de México han sido identificadas como la ballena de Bryde, Balaenoptera edeni. Esa determinación fue cuestionada cuando se examinó al animal recién lavado y se encontraron algunas diferencias en la forma de los huesos del cráneo. Ahora distinguir especies de ballenas es un asunto bastante complicado porque el material de estudio es escaso; no son ratones de campo. Hoy se aplica la máxima de que para una nueva especie debe haber una doble confirmación: tanto la morfología, es decir, la forma de los huesos u otras partes de la anatomía, debe mostrar una distinción, pero también debe haber diferencias en el ADN. El primero es el caso porque los huesos nasales tienen una forma sorprendentemente diferente y también se han identificado diez diferencias en el ADN. Todas estas características son obviamente detectables solo en especímenes muertos; esto es imposible con animales que son vistos nadando desde barcos o aviones.

Es de destacar que la nueva especie es la única con un rango limitado. Mientras que otras especies de ballenas de aleta se encuentran en todo el mundo, con énfasis en el Ártico y la Antártida, la ballena de arroz se encuentra solo en el Golfo de México, con un “punto caliente” al sur de la costa de Alabama y el “mango” de Florida. Es muy triste que le debamos esta nueva especie de ballena a las fatales consecuencias de un trozo de plástico ingerido.

Jelle Reumer es paleontóloga. Cada semana habla sobre un animal que es noticia para Trouw.

Eulália Escoto

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