Los esfuerzos de socorro durarán meses en el norte de México.

El presidente de México reveló el domingo que las familias de 10 mineros atrapados en una mina que se inundó el 3 de agosto acordaron un plan para su rescate, que llevará meses.

“Hablamos con la familia. Estaban muy tristes. Es una situación muy difícil, muy muy difícil, [os familiares] estaban muy enojados, no querían, pero luego lo aceptaron”, dijo Andrés Manuel López Obrador.

El jefe de Estado aseguró que “hay consenso” entre las 10 familias de mineros que quedaron atrapados luego de que el lugar donde trabajaban se inundara tras el derrumbe de una mina abandonada adyacente, en el municipio de Sabinas, en el estado de Coahuila, en norte de México.

Según el presidente mexicano, los familiares “están de acuerdo en que se está haciendo este trabajo [de resgate]pero no aceptaron el tiempo que tomaría porque tomaría mucho tiempo y querían que fuera más rápido”.

Andrés Manuel López Obrador explicó que su gobierno ha consultado a especialistas de Alemania y Estados Unidos que han propuesto un rescate “haciendo recortes”, lo cual es factible.

Esta propuesta de rescate de la Coordinación de Protección Civil prevé tomar 11 meses para recuperar los cuerpos de los trabajadores.

Pese a ello, el jefe de Estado aseguró que estaba ocupado “trabajando muy rápido para recuperar los cuerpos”.

Coahuila, la principal región productora de carbón de México, ha sufrido una serie de accidentes mineros mortales a lo largo de los años. Lo peor ocurrió en la mina Pasta de Conchos en 2006, cuando murieron 65 mineros.

Este incidente revivió la discusión en el país sobre las minas en esa región, donde ya se registraron más de 100 muertos, según datos de la asociación Família Pasta de Conchos.