La primera tarea de Lula en economía debería ser elegir un “equipo” que dé credibilidad, dicen analistas

Para resolver la difícil ecuación de equilibrar las demandas de mayor gasto público -tanto las derivadas de los últimos años marcados por el recorte de gastos como las emprendidas en la campaña electoral- con los informes necesarios de la búsqueda del equilibrio fiscal, el nuevo gobierno de Luiz Inácio Lula Silva tendrá credibilidad y eso implica elegir un buen equipo económico. Esta es la opinión de los economistas jefe de XP, Caio Megale, y del Banco BV, Roberto Padovani, en una entrevista para el habitarel de infodinero.

Megale destacó en la entrevista que Brasil ha tenido un buen momento en los últimos meses, con la economía creciendo más fuerte de lo esperado a principios de 2022 y con la inflación cayendo. Además, el país ha demostrado ser un “refugio seguro” entre los países emergentes para atraer inversiones extranjeras. En el arte porque competidores como China, México, Colombia y Turquía están pasando por crisis políticas e institucionales.

Sin embargo, esta buena historia en el mediano plazo puede verse interrumpida por un grave problema en el corto plazo, que es el equilibrio de las finanzas públicas y ese será el principal desafío del nuevo presidente. “Tendrá que modificar el texto de la Constitución para autorizar gastos adicionales que ya han sido informados, como el mantenimiento del Auxílio Brasil en R$ 600 y el aumento real del salario mínimo, además de otros gastos que ha informado, Megale enumeró.

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La tarea será, por tanto, encontrar una fórmula para flexibilizar la política fiscal incluyendo nuevos gastos, pero al mismo tiempo señalando un compromiso de responsabilidad fiscal. “Es un desafío que no solo requiere un diseño claro en mente, sino que también debe ser implementado por un equipo comercial creíble. Qué equipo será y cómo abordará el límite de costos”, resumió el economista jefe de XP.

Padovani también ha visto una historia positiva en los últimos años, con la aprobación de reformas como Laboral y de Seguridad Social, además de la autonomía de Baco Central y el rediseño de arcos regulatorios como gas y saneamiento. Y coincidió en que aún existen desafíos en este ámbito, como las reformas fiscales y administrativas, la necesidad de capacitar a la mano de obra y mejorar la infraestructura y la logística para buscar una mayor productividad.

Pero también advirtió del gran desafío que nos espera. Según él, hay una enorme presión por gastar. “Después de varios años con el gobierno reteniendo gastos, él (Lula) tendrá que reajustar de alguna manera los salarios de los funcionarios, aumentar las inversiones del gobierno y ampliar los programas sociales. Hay una demanda, una presión social de más gasto”, dijo.

Según el economista jefe de Banco BC, otro problema es que esta presión se producirá en una situación en la que las economías brasileña y mundial se acomodan, es decir, es probable que el financiamiento ayude menos. “Con menos ingresos y más presión de gasto, habrá que subir impuestos y/o aumentar la deuda, que ya es deuda cara, con el tipo de interés al 13,75%.

Para él, todo esto obliga al gobierno a diseñar una estrategia muy complicada. “Si bien debe servir a los votantes y aumentar el gasto, también debe servir a los inversionistas y señalar que tendrán la voluntad y las herramientas para estabilizar la deuda con el tiempo. La clave de esto es la credibilidad”, resumió. “Si hay algo con lo que no puede jugar el próximo gobierno es con el diseño del equipo económico. Esto es lo que garantizará el anclaje de las expectativas incluso en un escenario de corto plazo muy incierto”.

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Nacho Manjarrez

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