Con el funeral del líder religioso anglicano y gran luchador antirracista sudafricano Desmond Tutu, un nuevo término en inglés “aquamation” llega al gran público, que significa consumir con agua, así como la cremación se consume con fuego.

Como palabra portuguesa deriva acuamación o, alternativamente, la designación del proceso técnico de descomposición del cadáver por hidrólisis alcalina.

Esta técnica, aún no regulada en Portugal, es una forma muy ecológica y natural de tratar cadáveres humanos y animales. Permite un gran ahorro energético y emite menos gases de efecto invernadero.

En la acumación, el cadáver se coloca en un cilindro de metal que contiene agua e hidróxido de potasio y se calienta durante algún tiempo a altas temperaturas. Todos los tejidos se disuelven y, finalmente, tenemos una solución acuosa y huesos finos y porosos que luego se pueden triturar y entregar a la familia como en las cremaciones. El agua puede servir por regla general para los espacios verdes.

Este nuevo método funerario, debido a sus beneficios ambientales, se utiliza en muchos países desde Estados Unidos hasta México, desde Sudáfrica hasta Holanda.

También se utiliza para la eliminación de cadáveres de animales tanto en mataderos como en otras situaciones con grandes beneficios tanto para el medio ambiente como para la salud pública. Las bacterias y virus patógenos no se liberan al suelo donde sobreviven, sino que se destruyen por completo.