En Perú, una nueva ola de protestas aumenta la presión por la renuncia del presidente

escena del caos

Después de cinco semanas de protestas, el panorama en Perú es caótico. Por un lado, cortes de ruta violentos, vandalismo y huelgas. Por otro, represión militar, toque de queda y suspensión de derechos constitucionales.

Solo en las protestas del 9 de enero, 17 de las 49 víctimas han muerto hasta el momento..

Las visitas a la ciudad inca de Machu Picchu en el sur del país están prohibidas desde el 14 de diciembre. Esta región es el epicentro de violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Más del 60% de las reservas en Machu Picchu han sido canceladas hasta el segundo semestre.

Los analistas coinciden en el diagnóstico de que la salida de esta crisis sólo vendrá con un nuevo gobierno y un nuevo Congreso. Esta percepción aparece en las encuestas cuyo resultado a favor de las elecciones anticipadas siempre supera el 80%.

“La entonces vicepresidenta, Dina Boluarte, no solo cambió de forma. También ha cambiado de bando, moviéndose de izquierda a derecha, aliándose con el establecimiento político. Los sectores de derecha aprovecharon la pifia política de Castillo para sacarlo del poder y dieron todo su apoyo a Dina Boluarte”, dijo a la freír El analista político peruano Carlos Meléndez, de la Universidad chilena Diego Portales.

alianza con los militares

Para Meléndez, la estela violenta de la represión lleva a los militares a necesitar la impunidad. Esta dependencia ha forjado una alianza entre las fuerzas de seguridad y el presidente Boluarte, base de apoyo del nuevo gobierno.

“La posibilidad de que el gobierno dure más en el poder dependerá más de los militares que de la presión de las calles. Con tantos muertos en las protestas, los militares necesitan impunidad y se han aliado con Boluarte”, dice el especialista, destacando sin embargo el papel del antisistema.

“El antisistema también está activo en el sur del país. El antisistema no está en Lima, sino en las vías del interior del país. Quieren a alguien en el poder que se comprometa a desmantelar el poder tal como es. Esta división territorial entre el sur del país y la capital Lima es la nueva polarización del Perú”, explica Meléndez.

Vecinos desconocen nuevo gobierno

Otra polarización es la ideología internacional. Boluarte es considerada presidenta constitucional por la comunidad internacional, pero algunos países de izquierda de la región no la reconocen.

A pesar de que el entonces presidente Castillo intentó un golpe de Estado, los aliados del derrocado creen que, de hecho, fue víctima de un “acoso político” por parte de la mayoría derechista en el Congreso que no le permitió gobernar.

Argentina, Bolivia, Colombia y México exigen la devolución del derrocado Castillo. Para no desgastar la posición estratégica, Cuba, Nicaragua y Venezuela no firmaron el documento, pero apoyaron a Castillo.

Esta cuestión peruana y los ataques a la democracia en Brasil serán los ejes centrales de la reunión de los 33 países de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, en Buenos Aires el próximo martes (24/01).

Nacho Manjarrez

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