El epicentro del sismo se ubicó en la ciudad de Matías Romero, ubicada en el estado de Oaxaca, anunció en X (antes Twitter) el servicio sismológico nacional, que previamente había estimado la magnitud del sismo en 6.3.

Hasta el momento no se ha reportado ninguna “pérdida de vidas humanas”, dijo a la prensa local el secretario de gobierno de Oaxaca, Jesús Romero.

Según él, el sismo dañó las vías, especialmente la que da acceso al Istmo de Tehuantepec, la parte más estrecha del territorio mexicano, que separa el Océano Pacífico del Atlántico.

En la ciudad de Oaxaca, las fachadas de los edificios resultaron dañadas por el sismo, que también provocó grietas en un edificio que albergaba un hospital y un puente vial, dijo Romero, y agregó que también hubo cortes de energía.

Más temprano en las redes sociales, los servicios de protección civil del gobierno mexicano dijeron que continúan “monitoreando la zona del epicentro” del terremoto.

El sismo se sintió en varias zonas de la capital mexicana, lo que hizo saltar las alarmas, provocando que decenas de personas abandonaran sus hogares.

“Sentimos un ligero shock”, escribió Martí Batres, alcalde de Ciudad de México, donde viven casi nueve millones de habitantes, en X. “Hasta el momento no se han reportado daños”, añadió.

El gobernador del estado de Oaxaca, Salomón Jara, dijo que las autoridades estaban “analizando los posibles efectos” del terremoto en la región.

México está ubicado en el llamado “Anillo de Fuego del Pacífico”, una zona donde el encuentro de varias placas tectónicas provoca una alta actividad sísmica.

El 19 de septiembre de 2017, un terremoto de magnitud 7,1 mató a 369 personas, la mayoría en la Ciudad de México. En 1985, otro terremoto de magnitud 8,1 devastó el centro de la capital y mató a más de 10.000 personas.