¿Con qué frecuencia se debe cambiar la esponja de cocina? Puede acumular más bacterias que el inodoro; entender | Salud

La Universidad de Sonora sugiere cambiarlo al menos cada 15 días para evitar enfermedades. Freepik

Mucha gente decide cambiar la esponja de la cocina sólo cuando ya está gastada, pero esto no es cierto. Las esponjas, los paños de cocina y los paños de cocina pueden albergar una amplia variedad de bacterias. Según un artículo de la Universidad de Sonora, México, la consistencia porosa de las esponjas les permite retener agua y funcionar como incubadoras de microorganismos.

Científicos de la Universidad de Giessen en Alemania han confirmado que las esponjas contienen bacterias que pueden causar enfermedades y que su cantidad puede ser incluso mayor que la que contiene una taza de inodoro. Además, dijeron que encontraron cinco de los diez grupos de bacterias más comunes que podrían causar infecciones. Sin embargo, los microorganismos retenidos por la esponja son los responsables del desagradable olor a “húmeda” y de otros más peligrosos.

¿Con qué frecuencia se debe cambiar la esponja?

La vida útil de una esponja varía según el material del que está hecha y los hábitos de uso. La Universidad de Sonora sugiere, basándose en varios estudios, que lo más recomendable es cambiarlo al menos cada 15 días para evitar infecciones y enfermedades. Algunas señales pueden ayudarte a identificar cuándo necesitas hacer el cambio:

  • Si las fibras se separan de la esponja;
  • Si ha perdido su color original;
  • Si está deformado o muy blando;
  • Si aparecen bolitas o rizos en las fibras;
  • Si hay mal olor;
  • Si es pegajoso al tacto;
  • Si hay manchas blancas o negras en las fibras.

Es importante tener en cuenta que los microorganismos presentes en una esponja proliferan desde el primer uso y alcanzan una concentración preocupante tras el primer mes. Por tanto es necesario sustituirlo al menos cada 30 días.

¿Cómo prolongar la vida de la esponja?

  • Antes de lavar los platos, retire los restos de comida con una servilleta;
  • Después del lavado, escurre la esponja para eliminar la mayor cantidad de agua posible y no la dejes sumergida, ni siquiera en agua con jabón, ya que en los lugares húmedos se desarrollan bacterias. Lo mejor es eliminar el agua utilizada para el lavado;
  • Si deseas lavar la esponja, utiliza una solución de agua con un poco de lejía (proporción 9 a 1) y déjala en remojo durante al menos 30 segundos, luego déjala secar;
  • Otra opción es poner lejía y agua hirviendo en un recipiente limpio, remojar la esponja en él y dejar reposar de 5 a 10 minutos. Luego escurrir y enjuagar con agua fría;
  • Un método alternativo es remojar la esponja durante la noche en vinagre y dejarla secar al sol al día siguiente;
  • Otra alternativa es hervir esponjas y paños una vez por semana, esto eliminará el 60% de las bacterias;
  • Otra recomendación es optar por esponjas de fibras naturales (producidas a partir de plantas biodegradables).


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