Con las visitas de Bolsonaro y Fernández a Asia, febrero de 2022 puede verse en el futuro como un momento histórico, cuando la influencia de Rusia y China aumenta considerablemente en América del Sur y la de Europa disminuye. , Alberto Fernández, ha realizado visitas de Estado a China y Rusia, en una especie de diplomacia relámpago. En China, ha firmado un acuerdo de inversión bajo la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda o la Franja y la Ruta (BRI). China planea invertir 23.000 millones de dólares en infraestructura argentina durante los próximos años, incluida la cuarta central nuclear del país. Esto convierte a Argentina en el vigésimo país de América Latina que tiene vínculos estrechos con China. De las principales naciones, solo México, Brasil y Colombia no están vinculados a Beijing por un acuerdo BRI. En Rusia, Fernández se quejó del dominio de Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Fue una metedura de pata diplomática, que para Buenos Aires todavía puede salir cara: hace unos días los argentinos firmaron un acuerdo sumamente ventajoso con el FMI tanto para el gobierno como para la economía del país sudamericano. Y esto sucedió con la bendición explícita de los EE.UU., que dicta las reglas del instituto en Washington. Pero ahora, además, el presidente argentino ha ofrecido a su país como “cabeza de puente” para las inversiones rusas en América del Sur, para que las empresas rusas puedan eludir más fácilmente las sanciones impuestas por Estados Unidos. En el futuro, las fuerzas armadas de ambos países tienen la intención de cooperar más estrechamente. Acuerdo de la UE en riesgo El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, también planea visitar a su homólogo ruso, Vladimir Putin, la próxima semana, y al primer ministro Viktor Orbán en Hungría. De momento no hay un acuerdo concreto y parece que los dos jefes de Estado quieren aprovechar el encuentro Brasil-Rusia sobre todo como una grata oportunidad para demostrar que no están aislados en el mundo. Antes de las visitas, EE. UU. ha tratado de disuadir tanto a Argentina como a Brasil de visitar a Putin, en un momento en que el conflicto entre Rusia y Occidente por Ucrania se está agudizando cada vez más. Si miramos la diplomacia de los dos presidentes sudamericanos, ciertamente puede estar justificada estratégicamente: ambos países están tratando de hablar con todos, comerciar y atraer inversiones. Además, durante la crisis del coronavirus, se dieron cuenta de que China y Rusia, con sus entregas de Coronavac y Sputnik V, hicieron posible las primeras vacunas en Sudamérica, durante mucho tiempo no llegó nada de Europa o Estados Unidos. Entonces parece que Brasil y Argentina se están alejando no solo de Estados Unidos sino también de Europa. Los dos países son las economías más importantes de América del Sur y dominan el Mercosur, con el que la Unión Europea ha firmado un tratado de libre comercio. Este tratado podría ser cuestionado luego de la adhesión de Argentina -así como la de Uruguay, que ya se había realizado- al BRI. Esta no es una buena noticia para las relaciones entre Europa y América del Sur.- Durante más de 25 años, el periodista Alexander Busch es corresponsal en América del Sur del grupo editorial Handelsblatt (que publica el semanario Wirtschaftswoche y el diario Handelsblatt) y del diario Neue Zürcher. Zeitung. Nacido en 1963, creció en Venezuela y estudió economía y política en Colonia y Buenos Aires. Busch vive y trabaja en São Paulo y Salvador. Es autor de varios libros sobre Brasil. Haga clic aquí para leer sus columnas. El texto refleja la opinión del autor, no necesariamente la de DW. Autor: Alexander Busch
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