El Banco de México se ha transformado bajo el mando de la gobernadora Victoria Rodríguez de tal manera que hay menos directores y sus capacidades se han visto reducidas, según confirman fuentes directas de EL PAÍS. De hecho, los cambios graduales han creado una estructura más vertical que concentra el poder en la cima y genera horrores, en línea con el deseo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2019, él…
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El Banco de México se ha transformado bajo el mando de la gobernadora Victoria Rodríguez de tal manera que hay menos directores y sus capacidades se han visto reducidas, según confirman fuentes directas de EL PAÍS. De hecho, los cambios graduales han creado una estructura más vertical que concentra el poder en la cima y genera horrores, en línea con el deseo del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En 2019, el presidente anunció que se recortarían los salarios de todos los empleados del gobierno y de las entidades autónomas, lo que llevó al Banco de México y a algunos reguladores a respaldarse. Si hubieran evitado el recorte, sus salarios habrían sido congelados a partir de entonces y también habrían perdido un bono de productividad que se pagaba anualmente. Esto provocó una sangría de empleados entre 2019 y 2020. Además, en los últimos tres años, los empleados en puestos de alta dirección han experimentado una pérdida de poder adquisitivo, ya que sus ingresos no han aumentado en línea con la alta inflación.
Esto fue percibido dentro de la organización como una presión para que renunciaran a sus puestos, razón por la cual algunos directores abandonaron sus cargos. Los ejecutivos que se han ido desde que llegó Rodríguez en 2021 no han sido reemplazados. Como resultado, la estructura del banco central ha cambiado de modo que Rodríguez delega menos decisiones. Además, Rodríguez propuso fusionar algunos departamentos, perdiendo así capacidad dentro del banco. Al ser consultado por este diario, el Banco de México no respondió a esta pregunta.
El principal objetivo del Banco de México es preservar el poder adquisitivo de los mexicanos, es decir, contener la inflación. Esto implica las tareas necesarias, incluido proporcionar al país su propia moneda y mantener saludable el sistema financiero. Históricamente, los gobernadores de bancos han tenido estilos de trabajo distintos. Mientras Agustín Carstens (de 2010 a 2017) supo concentrar muchas decisiones, Alejandro Díaz de León (de 2017 a 2021) supo recoger las decisiones de los miembros del Consejo de Gobierno y tener en cuenta los análisis de sus directivos. Esto se aplica sobre el terreno a las cuestiones de política monetaria, así como a las decisiones administrativas.
El estilo de Rodríguez era más parecido al de Carstens, pero fuentes aseguran que el gobernador va más allá. Con al menos 13 directores a sus órdenes, Rodríguez intenta unir algunas direcciones de manera que llegue sólo a unos pocos bolsillos. El objetivo es el horror, más que la concentración de decisiones y la percepción de fuentes internas, que es lo que busca la Gobernadora para lograr el objetivo del presidente López Obrador de reducir el gasto del banco central, que no ha logrado implementar por decreto durante su primer año. en poder. La consecuencia es un debilitamiento de las capacidades técnicas y especializadas del Banco de México, que debe reaccionar rápidamente ante eventos impredecibles en los mercados y shocks exógenos.
Estos cambios han llamado la atención de exempleados y especialistas, quienes han advertido que la labor comunicacional del Banco de México ha empeorado. Una de las direcciones que quedó vacante con Rodríguez es la de Comunicaciones. En una reciente entrevista con medios especializados Opinión públicaEl ex empleado Alejandro Werner se mostró crítico con la institución y dijo que veía problemas.
“Hoy el Banco de México es un banco muy silencioso, que no da más señales que todos los informes oficiales y creo que sólo podremos llegar a la orilla cuando las cosas se presenten diferente a lo que esperamos y haya mucha poca credibilidad ahí… que loco”, dice al medio el ex subsecretario de Hacienda. “El Banco de México ha perdido mucho liderazgo en la gestión del sector macrofinanciero del país y podría costarnos muy caro en un episodio de turbulencia”, añadió.
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