un país dividido por la mitad – Observer

La primera y obvia conclusión que se puede sacar de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales brasileñas es que Brasil es un país dividido. Y dividido por varias líneas y motivos.

Partido por la mitad: 50,87% para el ganador, Lula, con 60 millones de votos, y 49,13% para el perdedor, Bolsonaro, con 58 millones de votos. Esto después de que las instituciones electorales hubieran dado a Lula como electo en la primera vuelta con amplio margen de maniobra y luego lo hubieran dado como ganador en la segunda vuelta con un margen que fluctuó entre el 6% y el 2%.

Pero aquí no es sólo por donde pasa la división. Si las elecciones presidenciales le dieron a Lula la victoria tangencial, las elecciones al Congreso las ganó claramente la derecha, con el partido de Bolsonaro en primer lugar. Y como también fue la derecha la que ganó la mayoría de los gobiernos estatales, la izquierda, aunque avanzó en el Congreso, ocupando escaños en el centro, se mantuvo en minoría. Por eso, varias publicaciones han calificado este Congreso como “el más justo de la historia de Brasil”, en democracia.

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Nacho Manjarrez

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