“El año pasado se recibieron 41,230 solicitudes y este año tenemos 123,187 solicitudes de refugiados”, dijo el Canciller citando datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).
Ebrard reconoció que este crecimiento ha sido “enorme”, por lo que tanto el Gobierno de México como Naciones Unidas están apoyando a Comar para reducir los tiempos de resolución de solicitudes.
La comisión destacó que sus principales necesidades son contar con más personal y presupuesto, solicitud que debe ser atendida por el gobierno. A su vez, la Cancillería ayudará a canalizar el apoyo de organismos de la ONU como ACNUR y la Organización Internacional para las Migraciones.
El funcionario destacó que México es uno de los países donde el procedimiento de asilo es “más sencillo”.
“Se otorgan más del 95%, excepto cuando hay antecedentes penales, que es muy poco. Todos los demás están autorizados”, resaltó Ebrard.
El Canciller insistió en cambio en que no es posible acoger la solicitud de los representantes de las llamadas caravanas de migrantes, actualmente en tránsito en la Ciudad de México, de otorgar el libre tránsito en territorio mexicano a los miles de migrantes que desean llegar a Estados Unidos. . .
“No es un tema de trabajo voluntario, es un tema que marca la ley. No está previsto el libre tránsito de nadie que se haga a criterio de un funcionario”, subrayó Ebrard.
La movilidad de los migrantes que ingresan a la frontera sur de México no se ha detenido, a pesar de un accidente vial el 9 de diciembre que dejó como saldo la muerte de 56 migrantes indocumentados, principalmente de Guatemala.
La tragedia ocurrió tras la reactivación de un polémico programa estadounidense que obliga a los migrantes a esperar en México una respuesta a sus solicitudes de asilo en el vecino país.
Más de 190.000 indocumentados fueron detectados en México entre enero y septiembre, el triple que en 2020. Cerca de 74.300 fueron deportados.
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