La situación política en México se complica y tiene su propia explicación: se acerca el cierre de las elecciones presidenciales de 2024, nuevos gobernadores, 128 senadores y 500 diputados, todos de gran importancia para el futuro, pero solo de nuestro país, también. Desde América Latina, al menos, es innegable que el líder que ha llegado a México en este sexenio, muchos están atentos al camino que está recorriendo, y tal vez algunos de ellos continúen su ejemplo.
Para quienes hacemos un balance del desarrollo de la sociedad en general, entendemos que en esta ocasión se cuestiona la continuación de las transformaciones en curso, y con los resultados que se obtengan habrá nuevos ajustes, o se detendrá el proceso, y incluso hasta que se ha podido volver a los principios que había al inicio del gobierno de López Obrador en 2018.
Si actuamos con un sentido un tanto crítico, debemos aceptarlo después de las tres grandes transformaciones que ha logrado el país; Independencia, las Leyes de Reforma y la Revolución Mexicana, un tema que quedó pendiente fue el de despertar en la sociedad una conciencia social suficiente para ubicarse en la realidad, y por lo tanto corresponde ahora llevar adelante esta acción a quienes lideran el nuevo movimiento transformador.
Una de las personas que están colaborando para frenar el proceso de transformación es Marcelo Ebrard, lo cual no me sorprende, como escribió en su libro El Camino de México, claramente que en su juventud se sintió influenciado por Manuel Camacho Solís y Ángel Gurría, quienes estudió con él en la UNAM y luego ingresó a la política con Carlos Salinas de Gortari, siendo empleados de primer nivel, entre los cuales Gurría fue director de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Todos los fieles seguidores del neoliberalismo, que tanto han atacado al Presidente de la República, ven en el trasfondo de la acción política que en México lo que luchan es la continuación con más énfasis, el freno del modelo antes mencionado.
Como vemos, no se espera más del egresado Marcelo Ebrard, pues no brindó un espacio de preguntas y respuestas durante el evento, lo que seguramente le hubiera dado la oportunidad de expresarse en su propuesta. Por lo expuesto anteriormente, se considera prudente publicar este artículo, esperando que sea un elemento que forje criterios para decidir cuál es el candidato que mejor puede representarnos como presidente del país en los próximos seis años.
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