Echa un vistazo a los tiroteos escolares más mortíferos en los EE. UU. en décadas a continuación.

Una mujer de 28 años abrió fuego contra la Escuela Covenat, una escuela primaria religiosa en Nashville, Tennessee, y mató a tres niños y tres adultos antes de ser abatida por la policía.

Un joven de 18 años mató a 19 niños y dos maestros en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, a 120 kilómetros de la frontera con México. El sospechoso fue asesinado por las fuerzas de seguridad del estado.

Un adolescente de 15 años mató a cuatro estudiantes e hirió a otros seis, así como a un maestro, en una escuela secundaria en Oxford, Michigan, un pequeño pueblo cerca de Detroit. El pistolero fue acusado de llevar a cabo un “acto de terrorismo” y “asesinato” y, en un giro inusual de los acontecimientos, sus padres también fueron procesados.

El mismo día de su cumpleaños, un adolescente de 16 años asesinó a estudiantes de su escuela secundaria en Santa Clarita, California, matando a dos compañeros de clase y a otras tres personas antes de intentar suicidarse. Las víctimas tenían entre 14 y 15 años.

El día de San Valentín, un joven de 19 años descargó su rifle semiautomático en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, de la cual había sido expulsado por motivos disciplinarios. Mató a 17 personas, en su mayoría adolescentes. El tirador fue condenado a cadena perpetua.

Un adolescente de 15 años disparó y mató a otros dos estudiantes de la misma edad en la escuela secundaria del condado de Marshall en Benton, Kentucky. Otras 18 personas resultaron heridas por disparos o en el caos creado por el ataque.

Un hombre de 20 años mató a su madre en su casa en Newtown, Connecticut. Esa misma mañana fue a la escuela primaria Sandy Hook y abrió fuego, matando a 26 personas, incluidos veinte niños de entre seis y siete años. Se suicidó poco después.

Un estudiante de Corea del Sur mató a tiros a 32 personas en el campus de la Universidad Tecnológica de Virginia en Blacksburg, Virginia, antes de suicidarse.

Dos estudiantes de Columbine High School en Columbine, Colorado, mataron a 12 compañeros de clase y a un maestro antes de suicidarse en la biblioteca. Los tiradores tenían 17 y 18 años y estaban fuertemente armados. El número de víctimas habría sido aún mayor si los dos jóvenes hubieran logrado detonar las bombas caseras que portaban.