¿Por qué Banxico no dice nada sobre el gasto público en su sexto año?

¿Debería el Banco de México emitir una advertencia sobre el nivel de gasto público como riesgo inflacionario? El lugar para hacerlo fue en la comunicación en la que les informaban de su decisión de mantener el tipo de interés sin cambios, en el 11,25%. La última vez que el banco central hizo esto fue en marzo, hace medio año.

¿Por qué hacerlo?, ¿por qué “regañar” a la Secretaría de Hacienda? nos preguntarán. No cambio el plan de Presunción de Egresos para 2024. Combina las dos líneas de la declaración del Consejo de Gobierno de Banxico para llegar a modificar una decisión de gasto público tomada en Palacio Nacional, hace un año electoral. Esto no cambiaría esencialmente el debate que debería tener la Cámara de Diputados, pero ciertamente provocaría una reacción del Presidente.

Podemos imaginar a AMLO dedicándole una Mañanera a los regañarlos: ¿Y si les creen a los economistas del Banco de México… tal vez estén desarrollando tecnócratas o si se olvidan de quién los creó… tal vez quieran jugar un papel similar a ese? de la Corte Suprema? , por Norma Piña u otro INE, por Lorenzo Córdoba.

¿Se discutió en la reunión de política monetaria el riesgo inflacionario que plantea el aumento del gasto público y los miles de millones de déficit fiscal propuestos por Hacienda? Lo sabremos en un par de semanas, cuando podremos conocer las actas de las reuniones celebradas esta semana a mediados o principios de julio. Estas actas son “oro triturado” para entender lo que piensan los cinco miembros del Consejo de Gobierno. Constituye un ejercicio de transparencia institucional que coloca al Banco de México al mismo nivel que los mejores bancos centrales del mundo. Las actas describen los argumentos y debates de forma clara y detallada. No diré qué, para evitar la inhibición de los subgobernadores o del Gobernador a la hora de emitir una sentencia u dictamen.

El gasto público o el déficit fiscal pueden haber sido un tema de discusión en las reuniones de los bancos centrales de esta semana. Puede que haya sido así y puede que no porque así quedó reflejado en dos páginas del comunicado. La razón por la que algunas ideas pueden no aparecer en el texto es que cada una de las ideas que aparecen en esta comunicación deben ser aprobadas por todos los miembros del Consejo Rector.

Veamos el mensaje del Banco de México. Consta de seis párrafos y un cuadro gráfico titulado Pronósticos de la Inflación General y Subyacente. Hay un ajuste en el tope de las proyecciones de inflación, respecto a las realizadas por Banxico en su reunión anterior, el 10 de agosto. La inflación a finales del próximo año sería del 3,4% en lugar del 3,1%. El piso del 4,0% no se romperá en el segundo trimestre de 2024, hasta el tercer trimestre de este año.

El cuarto párrafo es el “breve” de esta declaración. Esto es $15 y viene con una lista de altos riesgos para la inflación. El primero es la persistencia de una inflación subterránea en niveles elevados. En segundo lugar está el cambio en la depreciación en respuesta a eventos de volatilidad financiera internacional. El tercero, gran contrapresión. Cuarto, la resiliencia de la economía se traduce en una reducción de la inflación más gradual de lo esperado. El último factor de riesgo para las altas ventas es la presión sobre los precios de la energía o los productos agrícolas.

El gasto público es uno de los mayores factores de riesgo de inflación. Pensemos en el autor de esta Caja Fuerte y se lo diremos a muchos economistas que observan a México con lupa. Este no es un riesgo exclusivo de México. Este es el caso al evaluar las perspectivas inflacionarias en Europa o Estados Unidos. En la mayor parte del mundo, el gasto público se ha utilizado para estimular la economía, primero durante la pandemia y después de ella. Esto no puede durar indefinidamente y ha provocado un debate incipiente sobre cuánta más política monetaria puede ser necesaria en un entorno donde la política fiscal no quiere ser disciplinada. En definitiva hay un argumento de peso: los altos costes por intereses son ineficaces cuando el Gobierno abre las llaves del gasto público con tanto entusiasmo. Tener tipos de interés elevados durante un período muy largo puede causar graves daños a la economía.

Aquí está el debate sobre Gasto Público en el sexto año de AMLO. El Banco de México ya dejó escapar la oportunidad de pronunciarse en su comunicado de septiembre, ¿sucederá esto alguna vez? ¿Cambiarías algo si lo hicieras?

lmgonzalez@eleconomista.com.mx

Nacho Manjarrez

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