Tras viajar a México para someterse a una cirugía para eliminar la flacidez de la piel, la estadounidense Kimberly McCormick denuncia a la clínica por realizar un procedimiento completamente diferente. Cuando despertó de la anestesia general, tenía silicona en los senos y un injerto de grasa en los glúteos. El caso ocurrió en octubre de este año.
Este no fue el primer viaje de Kimberly a México para someterse a una cirugía plástica. Hace seis años estuvo en el país para someterse a una cirugía de pérdida de peso. Ahora regresaba para quitarse la piel flácida de brazos, muslos y vientre.
“Cuando me desperté, sentí un dolor agudo en el pecho y comencé a llorar”, recuerda en una entrevista con el canal estadounidense Fox 13. Después de darse cuenta de que había recibido implantes no deseados, Kimberly alertó a un coordinador médico. Sin embargo, afirmó que había pedido una cirugía plástica.
{{#valores}}{{#ap}} {{/ap}}{{^ap}} {{/ap}}{{/valores}} “Nunca lo preguntaría. Mi intención era quitar, no añadir”, afirma. Los médicos tampoco eliminaron la piel suelta, el foco principal de la cirugía. Kimberly y su hija Misty Ann, que acompañaron a su madre en el viaje, denuncian que, además de la cirugía equivocada, la clínica estaba “sucia”.
Los dos se vieron obligados a pagar por los procedimientos no solicitados. “Había 2.500 dólares (unos 12.000 reales) más que el acuerdo. Me quitaron la tarjeta y no pude hacer nada porque estaba sola y débil por los trámites”, dice Kimberly. Misty afirma que mientras intentaba ver a su madre después de la cirugía, guardias de seguridad armados se la llevaron del lugar.
Confusión en el camino a casa
La estadounidense fue liberada sólo después de firmar un formulario de autorización y dijo que el personal de la clínica la siguió hasta el hotel donde se hospedaba, la obligó a hacer las maletas y la subieron a una camioneta para regresar a Estados Unidos.
Kimberly dice que tenía problemas para respirar y tenía una infección grave, por lo que fue directamente al hospital al regresar a Estados Unidos. Un mes después de la cirugía, todavía tiene problemas para sanar y está tratando de ahorrar dinero para quitarse los implantes de los senos y las nalgas.
“No realice bajo ninguna circunstancia turismo médico. El resultado final no es bueno”, se queja Kimberly.
Misty dice que pidió ayuda al FBI para denunciar la clínica de Tijuana. Sin embargo, el caso no será investigado. La recomendación recibida de ambos es contactar con el banco para conocer las posibilidades de reembolso del dinero gastado.
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