México intentará enviar un dron de agua a una mina de carbón colapsada donde 10 mineros han quedado atrapados desde la semana pasada.
Laura Velázquez, coordinadora nacional de protección civil, dijo hoy que las imágenes del dron podrían ayudar a las autoridades a decidir si envían buzos sin ponerlos en riesgo.
Velásquez también dijo que 25 bombas estaban funcionando para sacar el agua de los pozos inundados. El agua que antes tenía 111 pies (34 metros) de profundidad ahora tiene entre 55 y 78 pies (17 y 26 metros) de profundidad.
La mina Sabinas, Coahuila, a unas 70 millas al suroeste de Eagle Pass, Texas, colapsó el miércoles con 15 mineros adentro. Cinco lograron escapar heridos. Las autoridades dicen que los mineros violaron un espacio cercano lleno de agua. No hubo contacto con los 10 restantes.
Las familias de los mineros están desesperadas y algunos se quejaron el domingo de que el presidente Andrés Manuel López Obrador les dio poca información cuando visitó el sitio.
“Le agradezco que haya venido a tomarse una foto con mi dolor, el dolor de mi familia y el dolor de todos los que estamos aquí”, dijo Lucía Rodríguez, madre de uno de los mineros, en un video que circuló en los medios. “Espero que sus fotografías sirvan bien a su política”.
El mandatario dijo que, como funcionario, debe estar dispuesto a “pagar siempre el impuesto de la humillación”, pero que tiene la conciencia tranquila porque los equipos de rescate llegaron al lugar en dos horas y trabajaron día y noche para salvar a los mineros.
Los fiscales estatales y federales han abierto investigaciones para determinar a los responsables del accidente. Estas pequeñas minas son a menudo el resultado de que los lugareños obtengan concesiones y luego contraten equipos de mineros. Los expertos dicen que rara vez cuentan con los planes y equipos de seguridad necesarios para reducir el riesgo de accidentes.
En junio y julio de 2021, deslizamientos de tierra en dos minas en Coahuila cobraron la vida de nueve mineros.
El peor accidente minero de México también ocurrió en Coahuila el 19 de febrero de 2006, cuando una explosión atravesó la mina Pasta de Conchos mientras 73 mineros estaban adentro. Ocho fueron rescatados con heridas, incluidas quemaduras graves. El resto murió y solo se recuperaron dos cuerpos.
La administración de López Obrador se comprometió hace dos años a recuperar los 63 cuerpos restantes, un esfuerzo altamente técnico que aún no ha comenzado.
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