Sorprendentemente, la defensa de los tratamientos ineficaces comprobados ha ganado aceptación incluso entre los profesionales de la salud. Entre estos, cita a la doctora Mayra Pinheiro, funcionaria del Ministerio de Salud al inicio de la pandemia, quien pasó a ser conocida como “Capitana Cloroquina”: “el antipetismo siempre estuvo muy presente en la profesión médica, que era muy claro con el programa Maíz.Médicos. En esa escena del médico cubano llegando a Brasil, una de las personas que gritaba ‘regresen a los cuarteles de esclavos’ es Mayra Pinheiro, quien termina volcando su mente detrás de la distribución de medicamentos al Ministerio de Salud”.
Institucionalmente, el Consejo Federal de Medicina (CFM) se ha alineado con el oscurantismo, en un comportamiento que, como recuerda Pinheiro, no era característico de la institución. Critica el silencio persistente del consejo ante la difusión de prácticas no científicas por parte de profesionales médicos:
La periodista relata un caso dramático en su propia familia: su madre, enfermera, se convirtió al bolsonarismo y no se vacunó. “Escribí el libro para tratar de entender cómo mi madre, que me puso todas las vacunas del mundo, se convirtió en esa persona con la que no se dialoga”, dice.
Ante la pregunta de Altman sobre el trasfondo neoliberal e individualista de la negación antivacunas del bolsonarismo, Pinheiro sugirió una hipótesis que cataloga como “un poco más dañina”: “Percibo un vínculo con la extrema derecha, en el sentido negativo de tener No hay política pública Estuve en una manifestación antivacunación, había una cruz que parecía una esvástica, el médico que vende la vacuna de inversión”.
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