Descubrir los motivos de la corrupción en Portugal es una tarea sólo posible para el famoso detective inglés Sherlock Holmes. Sin embargo, no tiene efectos prácticos, porque para la gran mayoría de los ciudadanos el Estado corrupto se ha normalizado y esto ya no afecta a su voto ni siquiera a su estado de indignación. Lejos del peligro que nos advertía el genio de José Saramago en el «Ensayo sobre la lucidez», donde, a propósito de un proceso electoral en un país indeterminado, nuestro premio Nobel de literatura, escribía: «después del recuento de los votos, resulta Cabe señalar que en la capital alrededor del 70% de los electores votaron en blanco. Cuando se repitieron las elecciones el domingo siguiente, el número de votos blancos superó el 80%. Temeroso y desconfiado, el gobierno, en lugar de preguntarse las razones de los electores para votar en blanco, decide lanzar una gran operación policial para descubrir qué brote infeccioso está minando su base política y eliminarlo. Y así se desencadena un proceso de ruptura violenta entre el poder político y el pueblo, a cuyos intereses debe servir y no ofender”.
Para algunos, la corrupción es buena para los negocios, especialmente para los influencers, una nueva generación de cabilderos que mantienen sus fortunas ocultas, ya sea en las cuentas de su padrastro, su hermano, el primo de un amigo o una empresa extraterritorial. Nadan con placer en aguas profundas, tan profundas como sus cuentas bancarias.
De hecho, desde Portugal hasta México, Perú, Colombia, Brasil, Guatemala, Argentina, hasta Corea del Sur, pasando por Rusia o Tailandia y, en verdad, por todos los países que en el mapa mundial incluyen casos de corrupción, sus Allí se pueden encontrar huellas inconfundibles. Así vemos juicios contra políticos y empresarios corruptos en todas partes; España, por ejemplo, llega a la propia monarquía con la abdicación del rey Juan Carlos en favor de su hijo Felipe VI y la condena de Iñaki Urdangarín, yerno de ley de su hija menor, la infanta María Cristina, a una pena de prisión de cinco años y diez meses. Pero también en el Parlamento Europeo, la eurodiputada griega y ex vicepresidenta Eva Kaili hizo atrapar a su padre por la policía cuando salía de un hotel con una maleta cargada con 750.000 euros, mientras que otros 150.000 fueron encontrados en su casa, escondidos en basura. Kali, interrogado por las autoridades sobre tan afortunada suma, respondió, como hacen todos los investigados por corrupción: “No tenía conocimiento de estos hechos”.
La corrupción genera redes que conectan “amistades”, “regalos” y “favores”, poniendo al servicio de intereses innegables y privados los inmensos poderes de quienes ocupan cargos públicos, ya sean directivos, magistrados, policías o políticos, que, fácilmente Enamórate o hazte amigo de empresarios de élite, porque lo que importa son los negocios y el reparto de beneficios.
Un amigo me dice que la tendencia a la corrupción deriva del salazarismo, de una dictadura que, por definición, era corrupta, porque la minoría dominante hacía, incondicionalmente, lo que quería, y los que no estaban de acuerdo eran insultados, marginados, detenidos. y privado de sus bienes. Después de casi cincuenta años –que es mucho tiempo para acostumbrarnos al hecho de que nada es posible si no se tiene influencia sobre los que están en el poder– nos hemos resignado a que hay intocables y que la única manera de prosperar es para acercarlos.
La corrupción no es más que una forma de autoritarismo, porque significa hacer lo que uno quiere fuera de cualquier regla. Ostenta ilegítimamente el poder absoluto en determinadas situaciones. Y, intencionalmente: 1) no promover el interés público -que consiste en su defensa, en cumplimiento de la Constitución, las leyes y los derechos e intereses legalmente protegidos de los ciudadanos; 2) no estar exento – que consiste en no obtener beneficios directos o indirectos, pecuniarios o de otro tipo, para sí o para terceros, de las funciones desempeñadas; 3) no ser imparcial – que consiste en desempeñar funciones con equidistancia respecto de los intereses abordados, sin discriminar positiva o negativamente a ninguno de ellos, con miras a respetar la igualdad de los ciudadanos: y 4) omitir el deber de información – que consiste en brindar a los ciudadanos, dentro de los términos de la ley, la información solicitada, con excepción de aquella que, en estos términos, no deba ser divulgada.
Por lo general, ser corrupto se utiliza para obtener dinero indebidamente, pero también para obtener cualquier tipo de ventaja en las más diversas ocasiones, es decir, prioridad en las visitas, mayor rapidez en los procesos administrativos, trato privilegiado en un determinado ámbito, etc. Es la resurrección, específica o más generalizada, de lo que no es más que un privilegio ilegítimo a costa de los demás.
Y el resto somos nosotros, todos los que no tenemos el privilegio de ser amigos del “Dios político”, el que decide todo, escuchando sólo a sus apóstoles. Somos nosotros, todos aquellos que respetamos escrupulosamente las normas legales y reglamentarias aplicables.
Pero, ¿estamos finalmente lúcidos o ciegos?
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