Más de mil miembros de la Guardia Nacional, militares y rescatistas fueron desplegados luego de que un río en la ciudad de Tula, estado de Hidalgo, se levantara de su lecho.
La inundación afectó a unos 39.000 residentes y muchas casas se inundaron en cuestión de minutos.
Cerca de 1.000 personas han sido reubicadas en albergues, aunque algunas son reacias a abandonar sus hogares.
Los civiles participaron en los esfuerzos de ayuda, incluido Lauro Cruz, un residente, quien dijo que ayudó a unas 40 personas.
“Algunos no querían irse por miedo a los ladrones”, dijo. “Pero aceptaron ser trasladados. Gente en silla de ruedas, en camilla … los sacamos”, agregó.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que administra la instalación, catorce pacientes en un hospital de Tula fallecieron luego de que una inundación interrumpiera el suministro eléctrico y el tratamiento de oxígeno esencial para la supervivencia.
Las autoridades han informado de 17 muertes hasta el martes, pero la directora del IMSS, Zoe Robledo, dijo que algunas de ellas habían muerto antes de las inundaciones.
El gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad, se vio involucrado en un accidente cuando se hundió la embarcación militar en la que observaba los daños con otros oficiales. “Estoy a salvo … y seguimos trabajando”, tuiteó.
“Hipster-friendly writer. TV enthusiast. Organizer. General entrepreneur. Internet pioneer.”