Un equipo científico internacional ha anunciado que ha logrado, por primera vez, utilizar un láser para redirigir los rayos. El experimento tuvo lugar en una montaña suiza.
Los rayos atmosféricos alcanzan el suelo terrestre entre 40 y 120 veces por segundo. Cada año matan a más de 4.000 personas y causan miles de millones de dólares en daños económicos.
La principal protección hasta ahora ha sido la Pararrayosuna simple barra de metal puntiaguda inventada por el científico estadounidense Benjamin Franklin en 1749.
Formado por expertos de seis instituciones diferentes, el equipo lleva años trabajando en una alternativa.
Tuyo propuestapublicado este lunes (16) en la revista Nature Photonics, es lanzar incesantemente un pulso en forma de láser para “guiar” el rayo, en lugar de atraerlo, como lo hace la barra de metal.
“Queríamos proporcionar la primera demostración de que un láser puede influir en los rayos y que es más fácil guiarlos”, dijo a la AFP Aurélien Houard, físico del Laboratorio de Óptica Aplicada de la Ecole Polytechnic de Paris.
Houard es el autor principal de un proyecto desarrollado durante dos décadas con Jean-Pierre Wolf del grupo de Física Aplicada de la Universidad de Ginebra y otros colaboradores.
El rayo es una descarga de electricidad estática acumulada entre dos nubes durante una tormenta, o entre esas nubes y la Tierra, mientras que el láser es una emisión de radiación inducida para generar un halo de luz.
Al emitir el láser hacia el cielo, el equipo de Houard y Wolf crea un plasma (aire cargado con iones y electrones) que es parcialmente conductor y “así se convierte en un camino preferencial para el rayo”, agrega Houard.
Los científicos intentaron una prueba experimental en 2004 en Nuevo México, que fracasó debido a errores en el láser y porque era difícil calcular dónde aterrizaría el rayo.
Encontraron la solución a una altitud de 2.500 metros, en la cima del Monte Säntis en el noreste de suizo. Hay una torre de telecomunicaciones de 124 metros de altura que recibe unos cien haces al año.
Los científicos han estado construyendo un poderoso láser dentro de un telescopio durante dos años. Por sus características, el instrumento es capaz de concentrar la intensidad del haz de luz en unos pocos centímetros.
En verano de 2021 consiguieron atraer y guiar rayos a más de 50 metros, un exitoso experimento que se ha repetido tres veces. El objetivo a largo plazo es encender y conducir esta poderosa chispa eléctrica y así proteger instalaciones estratégicas como los aeropuertos.
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