Más de 100 mil nuevos casos anuales de diabetes mellitus podrían evitarse en Brasil si se eliminara el consumo de gaseosas y jugos dietéticos, light o cero. Esta es la conclusión de investigadores de la Universidad Federal de Rio Grande (FURG), la Universidad Federal de Pelotas (UFPel), la Universidad Vale do Rio Doce (Univale) y la Universidad de Santa Catarina Occidental (Unoesc), en un artículo publicado el 6 de julio en el diario salud pública.
El estudio analizó la relación entre el consumo de bebidas endulzadas artificialmente y la prevalencia de diabetes en la población brasileña a partir de datos de más de 757 mil adultos de 2006 a 2020 del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo y Protección para Enfermedades Crónicas por encuesta telefónica (Vigitel) , del Ministerio de Salud. El análisis comparó datos de personas que consumieron refrescos regulares, de dieta, de dieta y cero y que no consumieron ninguno de estos productos.
Según la encuesta, la tasa de crecimiento anual de la enfermedad fue cuatro veces mayor entre los consumidores de bebidas endulzadas artificialmente, como gaseosas y jugos artificiales, mientras que quienes no consumieron estos productos tuvieron un crecimiento estable. Se estima que 120.000 (40%) de los 300.000 nuevos casos de diabetes registrados cada año están vinculados a quienes consumen estas bebidas.
“Estos hallazgos resaltan la necesidad de medidas preventivas efectivas para abordar la creciente prevalencia de diabetes en Brasil. Reducir o eliminar el consumo de refrescos o jugos endulzados artificialmente puede ser una estrategia importante para reducir el riesgo de diabetes y promover la salud de la población”, dice Luana Marmitt, coautora del estudio.
Todavía hay algunas inconsistencias en la evidencia sobre la relación entre el consumo de bebidas endulzadas artificialmente y el desarrollo de diabetes, según el investigador. Aun así, los hallazgos del estudio están en línea con estudios internacionales recientes y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que sugieren evitar el consumo de bebidas artificiales.
Según el investigador, medidas como la tasación de las bebidas artificiales podrían ayudar a reducir su consumo. “Varios países, como México, Chile, Reino Unido y Estados Unidos han logrado reducir la compra, venta y consumo de estas bebidas luego de subirles los impuestos. En Brasil, ha habido pocos avances en este sentido, aunque ya se han propuesto varios proyectos de ley para gravar los refrescos desde 2016. De aprobarse, la reforma fiscal actualmente en curso podría introducir cambios en este sentido”.
Como próximo paso, Marmitt menciona la importancia de comprender mejor la relación entre el creciente número de personas con diabetes y el consumo frecuente de bebidas endulzadas artificialmente. “Debido a que cada estudio es propenso a interpretaciones erróneas y existen diseños de estudio más sólidos para evaluar las asociaciones de causa y efecto, los siguientes pasos serían el desarrollo de estudios longitudinales que puedan confirmar las relaciones encontradas en este estudio y ayudar a desarrollar estrategias para la prevención y el control de la enfermedad”, concluye el investigador.
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