Extinto hace más de 30 años de los bosques de Alagoas, el pecarí de labios blancos obtiene gradualmente una nueva oportunidad de ocupar el Bosque Atlántico de Alagoas. La primera liberación para reintroducir la especie al estado se realizó en junio del año pasado, cuando se liberaron 30 individuos en la Estación Ecológica Murici. Ahora, la población será fortalecida por 13 animales, provenientes de la hacienda conservacionista de la Fazenda da Trijunção. Los animales, cuatro machos y nueve hembras, permanecerán en un corral de aclimatación dentro del área protegida, para familiarizarse con el entorno antes de su liberación. Cuando estén listos, la puerta se abrirá y los pecaríes de labios blancos podrán comenzar su misión de repoblar Alagoas.
Una vez liberados, los animales permanecerán bajo la vigilancia de los investigadores a través de cámaras trampa mientras exploran la estación ecológica de 6.000 hectáreas. Actualmente quedan 27 de los 30 individuos reintroducidos en la primera versión. Así, con la llegada del grupo de Trijunção, la población de pecaríes de labios blancos en el área protegida aumentará a 40. La especie se caracteriza por formar grandes bandadas, que pueden reunir más de 200 animales.
“La literatura sobre la especie habla de la necesidad mínima de 30 individuos para iniciar la reintroducción, por lo que la adquisición de más individuos fortalecerá este número y además permitirá introducir nuevos genes a la población que se encuentra en proceso de asentamiento, mejorando así, la salud genética de estos animales”, dice el geógrafo y zoólogo Marco Antonio Freitas, gerente y analista ambiental de la Estación Ecológica Murici.
Los pecaríes (pecarí tayassu), también conocidos como jabalíes, tienen una amplia distribución, desde México hasta el norte de Argentina, incluyendo todos los biomas brasileños. Sin embargo, la especie ya se considera localmente extinta no sólo en Alagoas, donde la situación comienza a revertirse, sino también en los estados de Pernambuco, Rio Grande do Norte y Paraíba (área conocida como Centro de Endemismo de Pernambuco).
La especie se considera Vulnerable. en la Evaluación Global de la UICN. Sin embargo, en el Bosque Atlántico, donde las presiones de la caza se ven agravadas por la fragmentación y destrucción del hábitat, el pecarí se considera en peligro crítico.
“Una de las acciones que trabajamos es la búsqueda de alianzas con proyectos que realicen actividades de conservación de las especies de vida silvestre que creamos en nuestra Área de Crianza Conservacionista. De esta manera ayudamos a asegurar la restauración de la fauna en lugares donde las poblaciones están casi extinguidas, así como ayudamos en la diversidad genética de especies amenazadas o casi amenazadas”, dice Renata Pitombo, zootecnista a cargo del área de cría de conservación de Fazenda. Trijunção, que se encuentra en la triple frontera entre Minas Gerais, Goiás y Bahía.
El pecarí se alimenta de frutas y semillas, como las de la palma juçara en peligro de extinción, que ayuda a dispersar en el bosque. También, una búsqueda publicado en 2020 en Ecología Funcional han demostrado que la presencia de estos jabalíes contribuye a la fertilización del suelo, a través de sus heces y orina, con fijación de nitrógeno en el suelo.
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