La ley del tabaco sufrirá nuevos cambios, por cuarta vez desde 2007. Este viernes la nueva versión de la ley fue aprobada, en términos generales, con el voto de la mayoría de diputados del Partido Socialista. Sin embargo, las nuevas normas propuestas por el gobierno están lejos de generar consenso (incluso dentro del propio distrito electoral del PS): la mayoría de los grupos parlamentarios las consideran excesivas; Los neumólogos, sin embargo, valoran positivamente la nueva ley e incluso consideran que las restricciones son menos que deseables.
El proyecto de ley del gobierno implementa una directiva de la Comisión Europea, que data de 2022 y que equipara el tabaco calentado con otros productos del tabaco, como el tabaco tradicional. Sin embargo, el gobierno ha decidido aprovechar la citada directiva e introducir otros cambios también. limitar los lugares donde se vende tabaco y también los lugares donde se permite fumar. Por tanto, la nueva ley hará más restrictiva la venta de máquinas expendedoras y prohibirá fumar al aire libre en escuelas, universidades y hospitales.
La secretaria de Estado de Promoción de la Salud, Margarida Tavares, explicó en mayo -cuando se presentó la ley- que el objetivo de los cambios es promover la salud y desalentar el consumo de tabaco. Esta semana, en declaraciones a periodistas, el ministro de Salud, Manuel Pizarro, garantizó que “la nueva ley del tabaco no es una política antifumadores” y fijó el objetivo de “garantizar que las generaciones jóvenes lleguen a 2040 como una generación libre de tabaco”.
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