Tapachula, Chiapas. Sólo el nuevo éxodo migratorio en el sur de México satura oficinas como la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y el Instituto Nacional de Migración (INM), así como actividades de recaudación de remesas de las que reciben dinero de familiares y amigos para poder continuar su viaje hacia los Estados Unidos.
Tiendas de autoservicio, grandes almacenes, supermercados y bancos abren todos los días con largas colas de extranjeros esperando su turno, lo que también ha provocado inconsistencias en la aglomeración, incluso en la vía pública.
Alfredo Gálvez, empresario de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), pidió a las autoridades locales aplicar las normas en materia de servicios públicos para que las colas de migrantes en estos lugares no invadan las bancas porque dañan a otros comercios y a los peatones que Llegar obligado a pasar por la cerradura del vehículo.
El empresario explica que el centro de la ciudad ha tenido mejoras importantes pero la presencia de extranjeros provoca desorden y afecta la imagen.
“Solicitamos la intervención de nuestra autoridad municipal para poner orden en los espacios públicos de nuestra ruta, en la cuadra de la calle 2 a 4 norte donde Elektra no se hace responsable de sus clientes migrantes”, dijo.
La mexicana Lourdes López se sorprende de que los comercios no tengan un ventilador disponible para atender a nacionales y extranjeros que se ven obligados a esperar demasiado.
“Piénselo, tengo que cobrar el dinero que me envían a mi hijo desde Tijuana y haré aún más compras, pero ahora vuelvo a casa todos los días”, dice.
El cubano Alberto Castillo dice que el dinero que recibió de su madre quien se encuentra en Estados Unidos lo utilizará para vacaciones, alimentación y alojamiento durante su viaje por la frontera norte.
Sin guía y sin documentos, se aventurará junto a una decena de extranjeros más por todo el país, yendo de ciudad en ciudad con la intención de no ser detenido y en algunas ocasiones yendo a pie para rodear puntos migratorios en las carreteras.
“Vamos con la bendición de Dios, de los demás compañeros que viajarán con nosotros, quienes nos dirán qué buses pasan y por qué pueblos pasaremos y cuántos viajes pagaremos para no quedarnos atrás”, explicó el joven de 20 años.
La frontera sur vive una nueva ola de inmigrantes y según estimaciones del INM hay alrededor de 20 mil extranjeros en Tapachula.
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