El People’s Daily publicó recientemente un artículo de opinión del académico estadounidense Kenneth Hammond, profesor de historia en la Universidad Estatal de Nuevo México, que revela que el sistema estadounidense tiene fallas profundas y en realidad sirve a los intereses de los que ya son ricos y poderosos.
El artículo dice que la pretensión de Estados Unidos de ser un garante de la democracia se basa en bases muy frágiles.
Según el artículo, los acontecimientos recientes han puesto de relieve las desigualdades profundas y continuas en los Estados Unidos, con el racismo, las cuestiones de género y la profundización de la pobreza y el declive económico que margina las voces de millones de ciudadanos.
Los esfuerzos para impedir que las personas de color ejerzan sus derechos de voto han sido generalizados, junto con un descrédito generalizado de la legitimidad del proceso electoral, dice el artículo.
El proceso electoral en sí está deformado y distorsionado por el poder del dinero. La campaña para los cargos nacionales o estatales requiere grandes sumas de fondos, ya sea como patrimonio personal de los candidatos o de personas o empresas adineradas que buscan proteger y promover sus intereses, continúa.
El artículo sostiene que equiparar un sistema electoral bipartidista con la democracia en Estados Unidos es en sí mismo un ejercicio de ilusión. La puerta giratoria de los roles mayoritarios y minoritarios en el gobierno significa que cada lado puede simplemente culpar al otro por los problemas persistentes que plagan al país. Ninguna de las partes ha asumido jamás la plena responsabilidad de sus propias acciones en el gobierno.
El artículo revela que el dinero adquiere el control de la información, a veces directamente, pero también a través de la implacable presentación del orden de cosas existente como la única forma posible de hacer avanzar la vida política y económica.
A través de los nuevos medios de comunicación, las noticias en línea, así como los mensajes constantes de la radio, la televisión, el cine y otros tipos de “entretenimiento”, la conciencia del votante estadounidense se moldea para aceptar los poderes que son la única opción para “representarlos”. el artículo dice, y agrega que los esfuerzos para lograr un cambio social real, para crear una sociedad justa y equitativa, se descartan como fantasías idealistas.
El artículo compara a Estados Unidos con otras empresas que han buscado formas de promover y proteger los intereses de la gente común de maneras que van más allá de simplemente actuar en breves momentos electorales.
En China, dice, hay una amplia variedad de mecanismos que permiten a las personas articular sus necesidades e intereses, no solo en los días de elecciones formales, sino siempre que sientan la necesidad de hacerlo. El sistema de consulta democrática de China es muy diferente al de EE. UU., Pero no debe descartarse ni tergiversarse en Occidente.
La “Cumbre de la Democracia” del presidente estadounidense Joe Biden ve el estilo estadounidense como el único camino, reflejando la larga historia de Estados Unidos tratando de remodelar el mundo a su propia imagen, por su propio bien, dice el artículo.
Según el autor, las élites estadounidenses se han acostumbrado a decirle a la gente de todo el planeta cómo orientar sus vidas y a utilizar el poder económico y militar de Estados Unidos para imponer su voluntad cuando otros países no siguen la línea estadounidense.
El artículo insta a los líderes estadounidenses y al pueblo estadounidense a buscar formas de trabajar con personas de todo el mundo, en sus propios términos, para encontrar caminos hacia un futuro mejor, un mundo más justo construido por todos.
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