Los nuevos libros escolares que llegarán a las aulas públicas de todo México a finales de mes se han convertido en el centro de una nueva e intensa disputa política entre los críticos del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. El tono de la polémica aumenta cada día, mientras varios gobernadores han anunciado que no permitirán la distribución de los contenidos en sus estados y el Ejecutivo sigue de cerca la situación, precisando que los libros estarán en las escuelas del país en agosto. 28. cuando comienza el ciclo escolar traen las vacaciones de verano. Se distribuirán más de 100 millones de copias a nivel nacional. López Obrador ha llamado a la cautela, pero sus detractores acusan a la Secretaría de Educación Pública (SEP) de utilizar los nuevos contenidos como un “adoctrinamiento” político para los estudiantes. “Los comunistas están llegando a todas partes, al igual que los Ovnis”, dijo el presidente.
La campaña contra los nuevos contenidos fue tan intensa en la prensa mexicana (el diario Remodelación publicó en su sitio web el siguiente título: “Enaltece libro de SEP secuestro y guerrilla”), que el presidente tuvo que movilizar a las autoridades educativas para explicar el contenido de los libros escolares todos los días en una conferencia de prensa. Marx Arriaga, director general de materiales educativos de la SEP, aseguró que los textos estaban en manos privadas y “tuvimos que frenar la privatización del libro de texto. El libro fue un negocio y benefició a algunos miembros del personal editorial, para quienes el libro de texto resultó útil. Ahora volvamos a los años dorados donde no es un negocio, es el tesoro de la SEP”.
La crítica dura mientras los libros se opongan al capitalismo y a los empresarios; que intentan inocular el comunismo en las mentes jóvenes de los estudiantes; que presenta una visión sintética de la historia de México. Los sectores más conservadores han dirigido sus críticas a la representación de las nuevas familias que aparecen en los contenidos, como las parejas monoparentales con hijos o las familias monoparentales. También se ha lanzado contra el lenguaje inclusivo, con el uso de la ‘x’ o ‘todos’ para incluir en sus mensajes a personas que no se sienten suficientemente tomadas en consideración por su condición de género. Algunos académicos se sumaron a las críticas, pero se encontraron más omisiones o errores en el contenido. Irma Villalpando, doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó a EL PAÍS a principios de agosto que los textos tienen contenidos muy pobres respecto a temas como matemáticas, errores de conceptos, saltos de contenido, desorden. de materiales y la exclusión de la literatura universal.
Varias organizaciones han presentado impugnaciones judiciales contra la letra y al menos siete gobiernos estatales han dicho que esperarán a que se resuelvan estas disputas. En mayo, cuando estalló la polémica, se decidió, gracias al apoyo presentado ante los tribunales, que el gobierno debía suspender la producción de materiales educativos y someterlos a una revisión. Desde entonces, gobiernos como el de Jalisco han dicho que “no se distribuirán libros de texto”. Por otra parte, el Gobierno de Nuevo León anunció la suspensión de la distribución del contenido, la cual finalizó en Coahuila, Colima y Yucatán, donde también anunció que retrasará la distribución en espera de resoluciones judiciales.
Las críticas al Gobierno Federal en el terreno giran en torno a los contenidos, pero por primera vez los libros de texto y las detenciones del Ejecutivo se producen para que estén en las escuelas antes de que termine el sexenio de López Obrador. Senador independiente Emilio Álvarez Icaza Longoria el escribio el 8 de agosto en su cuenta de Twitter (hoy llamó a los actores sociales a elaborar y aprobar los planes del estudio. Si se cuestiona el contenido de los libros de texto gratuitos es porque violan los procedimientos establecidos en los artículos 23 al 36. El artículo 34 “Es un filtro legal y obligatorio que hubiera impedido la gran cantidad de contenidos que ahora son públicos”, explicó el legislador. “No es una mezcla neoliberal. Esta es su ley”, concluyó Álvarez.
Las autoridades de la SEP han aclarado que solo se realizan consultas durante la elaboración de los libros escolares. Leticia Ramírez Amaya, Secretaría de Educación, informó que la producción de nuevos contenidos requirió mucho tiempo de consultas con párrocos de la familia, docentes y autoridades estatales y que ninguno salió del Estado de la Federación. El funcionario explicó que los nuevos libros son parte de la estrategia del gobierno de reformar los planes de estudio para fortalecer las escuelas públicas en México, la cual se basa en una estrategia “aburrida” basada en memorizar contenidos que, en la mayoría de los casos, los estudiantes no entienden. “Tuvimos que cambiar esta realidad. La pandemia dejó claro que la escuela estaba en crisis, porque los planes de estudio y los contenidos de los libros de texto eran imposibles de implementar concretamente en la vida diaria de los niños. Lo que queremos ahora es abordar esta vida cotidiana con la formación que se debe dar a los niños en la escuela”, explica la secretaría.
La batalla política por los nuevos libros de texto se ha convertido en el nuevo frente de la intensa polarización que ha vivido México durante este sexenio. Si bien la Justicia ha resuelto los recursos jurisdiccionales contra las disputas y algunos estados han mantenido su rechazo, el presidente López Obrador rara vez se ha mostrado abierto a las críticas y ha asegurado que “no hay nada que temer”, aunque ha acusado a sus detractores de criticar sin haber leído el nuevo contenido. “No hay que preocuparse. Los libros están muy bien hechos por especialistas, pedagogos, pero sobre todo participan profesores y docentes. Fue todo un proceso”, dije la semana pasada.
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