Foto: reproducción/archivo personal
Jessyka Ramos es una de las influencers que hoy en día habla de los pros y los contras de la profesión digital – también porque, no solo de flores viven los que ganan dinero con las arrobas de la vida. Nacida en Xanxerê, en el interior de Santa Catarina, comenzó a explorar el mundo viajando a Curitiba, Paraná y luego a México, interrumpiendo su carrera internacional.
Jessy (o Jess, como la llaman sus seguidores en línea) revela que ha estado interesada en la moda desde que era una niña. Los desfiles de moda, el montaje de looks y un curso de peluquería siempre han estado entre los juegos de la infancia. “A los 12 (años) tuve la oportunidad de trabajar como modelo y nunca paré”, recuerda.
Hoy, no solo habla de los estándares de belleza de la infancia, sino que también reflexiona sobre el cambio entre entonces y ahora. “Hoy hay modelos para los más variados tipos de perfiles, como comerciales, de pasarela, tallas grandes, fotográficos, maniquíes… altos que andan por la pasarela y no es así”, exclama.
Sin embargo, de todos los cambios, la X más grande en el asunto, hasta ahora, ha sido la decisión de mudarse a México y dejar de vivir con familiares y amigos.
“Cuando surgen problemas, la mejor manera es resolverlos y no pretender que no existen.
“Estoy muy agradecida por todas las experiencias que he tenido, cada persona que he conocido y cada momento de aprendizaje que me ha traído aquí y me ha transformado en la persona que soy hoy”, todavía celebra.
Para el futuro, quiere desarrollar más proyectos en todo el mundo y quiere usar el deporte para eso. “Para mí es muy importante hacer deporte, ya que me ayuda en mi desarrollo personal, mejora la calidad de mi vida, además de mejorar mi condición física”, concluye.
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