El ex soldado José Anselmo dos Santos, conocido como Cabo Anselmo, murió este martes (15) a la edad de 80 años.
La información fue confirmada por un ex abogado suyo. El periodista de la Red Joven Pan Jorge Serrão dijo que el ex soldado, de quien era amigo, tuvo una enfermedad repentina y fue sepultado este miércoles (16) en Jundiaí (SP).
Anselmo era el doble agente más conocido de la dictadura militar y aseguraba haber traicionado a militantes de izquierda para no ser asesinado.
Anteriormente había sido una figura destacada en la movilización de marineros que precedió al golpe contra el presidente João Goulart en marzo de 1964. Fue arrestado al comienzo del nuevo régimen.
En 2012 se le negaron los reclamos de compensación presentados ante el gobierno federal y para ser reintegrado a la Marina.
La Comisión de Amnistía, al rechazar la petición, ha planteado dudas desde que el exsoldado comenzó a colaborar con el régimen. El dictamen citaba, por ejemplo, una declaración del jefe de inteligencia del gobierno, Goulart, en la que se afirmaba que Anselmo era un “provocador de la CIA desde los hechos que condujeron al golpe”.
También cuestionó su decisión de abandonar voluntariamente la embajada de México, donde se refugió entre el golpe y la prisión en 1964.
El exmilitar dijo en una entrevista en la década de 1980 que se escapó de la cárcel en 1966 “por la puerta grande”. Se fue a Uruguay y vivió en Chile.
Unos días antes del golpe que instauró la dictadura, los marineros se habían rebelado dentro de un sindicato en Río, en una movilización que comenzó con reivindicaciones salariales y laborales.
El Ministerio de Marina quería arrestar a los rebeldes por romper la jerarquía, pero el entonces presidente rechazó la alternativa y concedió amnistía a los marineros. El presidente de la Asociación de Infantería de Marina y Infantería de Marina era Anselmo.
La decisión de Jango -como se conocía a Goulart- fue un componente más de la crisis política de la época y disgustó al mando de las fuerzas armadas, que días después habría desencadenado el golpe de Estado.
Anselmo nunca llegó a lo más alto, pero un marinero de primera. Recibió el apodo debido a un malentendido con su insignia militar.
Su nombre aún figuraba en la primera lista de brasileños con derechos políticos revocados, junto a líderes como Jango y Leonel Brizola.
En los primeros años del régimen se incorporó a la VPR (Vanguarda Popular Revolucionaria) y se formó en Cuba, usó nombres en clave como Augusto, Daniel, Paulo, Renato y Sérgio.
Fue arrestado nuevamente en 1971 y se convirtió en informante del Dops (Departamento de Orden Político y Social) de São Paulo, comandado por el delegado Sérgio Paranhos Fleury (1933-79), uno de los líderes más conocidos de la represión.
En un reportaje habló de la experiencia en Cuba: “Los instructores militares nos enseñaron a disparar, limpiar armas y tácticas de guerrilla, practicar defensa de campamentos, hacer trampas, trabajar con explosivos, minar, identificar sonidos, calcular distancias, orientación, codificación de mensajes” .
Entre los que entregó a agentes de la dictadura se encontraban seis personas que fueron asesinadas en un rancho de Pernambuco en 1973, incluida su pareja, la paraguaya Soledad Barret Viedma, entonces de 28 años y embarazada.
Según la versión oficial, los seis fueron asesinados “mientras reaccionaban a los disparos a la orden de aprehensión emitida por los agentes de seguridad”.
El informe de la Comisión de Amnistía señala que el exsoldado aprovechó “una relación afectiva para desempeñar su papel de agente encubierto”, en la que contribuyó directamente a la tortura.
El reportaje que hizo sobre su compañero en la represión se tituló “Informe de coqueteo”. Entre los militantes de izquierda, los que emigraron del lado de espionaje del régimen han sido llamados “perros”.
En una entrevista con sábana en 2009, dijo que tenía un trato para que Soledad fuera puesta en acción y se le permitiera viajar a Cuba.
En el “Informe Coqueteo”, pidió, hablando de su pareja, que “su solución final fue la expulsión de Brasil”. “O al menos no extrema”.
también a sábana negó haber actuado ya a favor del golpe durante la administración de João Goulart: “Si yo fuera objeto de represión, la CIA o el diablo en cuatro, ¿crees que estaría en la condición en la que me encuentro hoy? “
En 1979, la Ley de Amnistía prohibió castigar a quienes cometieron delitos políticos durante la época del gobierno militar.
Al final de su vida, Anselmo se quejó de seguir viviendo escondido, sin documentos, como identidad y registro electoral. Su certificado de nacimiento ha desaparecido. Estaba preocupado por su seguridad: se sometió a una cirugía plástica en la década de 1970.
También se acercó a grupos de derecha participando en eventos. En 2015 publicó una autobiografía titulada “Minha Verdade”, con prólogo del escritor Olavo de Carvalho, luego uno de los gurús del bolsonarismo.
La Comisión de Amnistía rechazó en 2012 una indemnización para el exsoldado, afirmando que, de perseguido, “pasó a ser perseguidor” y que no habría indemnización para quienes participaron o participaron en actos de represión.
En 2011 dio una entrevista al programa Roda Viva de TV Cultura y dijo que vivía gracias a la ayuda que le dieron tres empresarios.
“Serví al estado de Sao Paulo y serví a la dictadura militar, es decir, al gobierno federal. ¿Por qué ninguno de esos estados me ha devuelto mi identidad?”.
En ese momento, afirmó que lo torturaron con descargas eléctricas antes de transmitir información a sus colegas.
Dijo que había sido masacrado públicamente y que no tenía mala conciencia.
También criticó a la Comisión de la Verdad, que se estaba creando para investigar los crímenes del régimen, porque entendió que también debía investigar la actuación de grupos de izquierda.
“Yo podría ayudar a terminar o cercenar ese movimiento que se propuso llevar al pueblo brasileño a una guerra civil”, dijo en ese momento, para justificar su desempeño de denuncia en el régimen.
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