Europeos y estadounidenses tienen previsto reunirse en Pittsburgh, esta antigua ciudad industrial de Pensilvania ahora convertida en tecnología, el miércoles 29 y jueves 30 de septiembre, para renovar el enlace transatlántico dañado durante la era Trump. Antony Blinken, secretario de Estado de EE. UU., Gina Raimondo, secretaria de Comercio, y Katherine Tai, representante de Comercio, recibirán a Valdis Dombrovskis y Margrethe Vestager, ambos vicepresidentes de la Comisión Europea, que están negociando en nombre de los 27.
Durante la visita del presidente Joe Biden a Bruselas en junio, las dos partes acordaron crear un Consejo Europeo de Comercio y Tecnología (TTC). Su objetivo: profundizar sus vínculos comerciales y fortalecer su cooperación tecnológica.
Desde entonces, Washington y Bruselas no han avanzado en el conflicto entre ellos por el acero y el aluminio, que han suspendido hasta finales de 2021. La Casa Blanca ha infligido dos ataques a sus aliados sobre todo: la retirada de las tropas estadounidenses sin previo aviso. desde Kabul hasta finales de agosto y la sorpresiva creación de una alianza con el Reino Unido y Australia (Aukus) dos semanas después, lo que puso en duda la voluntad real de Biden de cooperar con el Viejo Continente.
En represalia, Francia, que, junto con los Aukus, vio a Canberra cancelar un pedido de submarinos en beneficio de los estadounidenses y los británicos, intentó persuadir a sus socios europeos para que pospusieran la reunión del TTC. Sin éxito: los atlantistas (los países bálticos) o los defensores del libre comercio (Dinamarca, Irlanda) se negaron a hacerlo. Emmanuel Macron finalmente enterró el hacha, después de una entrevista telefónica con Joe Biden el 22 de septiembre.
Guerra implacable contra China
“Para subrayar nuestro descontento, no habrá rueda de prensa”, confiado a un alto funcionario de la Comisión. Por lo demás, los líderes europeos deberían mencionar las crisis de Afganistán y Aukus en sus intercambios con sus invitados, pero no deberían cambiar sustancialmente el resultado de las discusiones.
Este encuentro de Pittsburgh debe marcar primero un programa de trabajo entre los dos continentes en temas relacionados con la regulación de plataformas digitales, la supervisión de la inteligencia artificial, los estándares tecnológicos, la escasez de semiconductores o el control de la inversión extranjera y las exportaciones en algunas áreas estratégicas. Para ello, se crearán diez grupos de trabajo.
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