En el pueblo de San Pedro Huamelula, México, el alcalde Víctor Hugo Sosa quería ser parte de una fiesta típica de la región, con mucha música y platos típicos. Sin embargo, el clímax de las festividades suele ser visto con extrañeza por los forasteros; un caimán es inmovilizado para servir como novia en una boda falsa.

La semana pasada, fue el alcalde quien se ofreció a hacer pareja con el reptil, llevándolo por el pasillo de los brazos, convenientemente adornado con una tiara y un velo. El hocico del animal ha sido ligeramente atado para evitar ataques, más aún porque, por protocolo, el novio debe besar al caimán en la boca para sellar la boda.

Según el portal UOL, el ritual se remonta a los siglos prehispánicos, para pedir ayuda divina por la generosidad de la naturaleza, principalmente para incentivar la agricultura local y, principalmente, las actividades pesqueras: “Pedimos a la naturaleza suficiente lluvia, suficiente alimento para que tengamos peces en el río”, explicó. Sosa.

Hoy la ceremonia ritual se apegó a los hábitos de la espiritualidad católica, con el caimán vestido de novia según los preceptos cristianos, vestido de blanco y acompañado de un hombre.