Más de 2.800 personas resultaron heridas. Como resultado del sismo de magnitud 7,2, cerca de 30.000 viviendas quedaron destruidas o dañadas. El gobierno ha declarado el estado de emergencia.

El epicentro del terremoto tuvo 10 kilómetros de profundidad, 12 kilómetros al noreste de la ciudad de Saint-Louis du Sud. La mayoría de las muertes ocurrieron en el sur del país, donde fallecieron al menos 500 personas. Se cree que muchas personas siguen bajo los escombros. Con los hospitales sobrecargados, los servicios de rescate y los voluntarios continúan buscando desesperadamente sobrevivientes.

La búsqueda se complica por el hecho de que muchos caminos y carreteras son inaccesibles debido a los deslizamientos de tierra. Y mientras tanto, el próximo peligro potencial ya se avecina. Por ejemplo, la tormenta tropical Grace se acerca actualmente al continente. El Centro Nacional de Huracanes de Miami pudo haber debilitado la tormenta, pero aún se esperan fuertes lluvias para la República Dominicana y Haití.

Soporte internacional

Es posible que la verdadera magnitud de la devastación solo se aclare en los próximos días. Haití ya recibió ayuda de la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos, Colombia, Chile, Argentina, México, Venezuela, Francia y Canadá. Estados Unidos está enviando un equipo de búsqueda y rescate de 65 hombres, con todo tipo de equipos y suministros médicos. Cuba y Ecuador también envían equipos. La República Dominicana, que comparte la isla Hispaniola con Haití, ha prometido alimentos y asistencia médica.

Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, sigue luchando contra los efectos del violento terremoto que asoló el país en 2010. Más de 200.000 personas murieron y otras resultaron heridas. Un millón y medio de haitianos se han quedado sin hogar. El daño se estimó en $ 8 mil millones.