El presidente de México continuó sus ataques contra el favorito de la oposición para las elecciones presidenciales de 2024 el viernes, a pesar de que las autoridades electorales dictaminaron que violó las reglas de imparcialidad y neutralidad con tales comentarios.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha pasado semanas aprovechando su conferencia de prensa matutina para criticar a Xóchitl Gálvez, una senadora abierta y exfuncionaria de asuntos indígenas. López Obrador no podrá presentarse a la reelección después de que expire su mandato de seis años y Gálvez aún no ha sido nominado por los partidos de oposición, pero está ganando impulso.
La Comisión de Quejas del Instituto Nacional Electoral dictaminó este jueves que las declaraciones de López Obrador “aparentemente violaron los principios de equidad, neutralidad e imparcialidad” y ordenó al presidente “abstenerse de pronunciarse sobre asuntos electorales”.
López Obrador dijo el viernes que las autoridades electorales “intentan silenciarme” y violar su libertad de expresión. Argumentó que como su despacho no había sido notificado formalmente de la decisión, podía seguir criticando a Gálvez.
“Todavía hay tiempo antes de que me quieran limitar”, dijo López Obrador, antes de repetir sus afirmaciones de que Gálvez era “el representante de la mafia en el poder” y que su empresa había recibido decenas de millones en contratos del gobierno.
Gálvez respondió que hasta el gobierno de López Obrador contrató a su empresa de tecnologías de la información para hacer labores de gobierno, demostrando lo buena que es la empresa.
“Mi carrera no empezó en la política”, escribió Gálvez en su cuenta de Twitter. “Me enorgullece haber creado empleos para cientos de familias mexicanas”.
“El presidente está enojado con los trabajos y negocios que pagan impuestos porque nunca ha visto uno”, escribió. “Está acostumbrado (a recibir dinero) en sobres sencillos”.
Gálvez es un independiente que sirve en el Senado por el conservador Partido Acción Nacional. Viene de un pueblo pequeño, en parte de origen indígena, y con frecuencia ha tomado posiciones más progresistas.
Después de décadas en el siglo XX en las que el antiguo partido gobernante usó fondos del gobierno para influir en las elecciones, México aprobó reglas estrictas a fines de la década de 1990 que establecen que el gobierno debe permanecer neutral en las elecciones y no usar fondos públicos para apoyar u oponerse a los candidatos.
El artículo 134 de la Constitución, que establece que los medios gubernamentales, la publicidad y las relaciones públicas deben utilizarse únicamente con fines informativos o educativos, no a favor o en contra de ningún político. El gobierno paga para producir y transmitir las conferencias de prensa matutinas, que se realizan en el lujoso Palacio Nacional, donde vive López Obrador.
Durante varias décadas, los presidentes mexicanos han evitado, y en los últimos años se les prohibió legalmente, hacer declaraciones de campaña abiertamente partidistas. Esto se debe en parte a que México es un país altamente centralizado, donde el presidente ejerce un enorme poder, tanto político como financiero.
El comportamiento de López Obrador se puede comparar con el del entonces presidente estadounidense Barack Obama, quien azotó regular y extensamente al candidato Donald Trump en las conferencias de prensa de la Casa Blanca en 2016, o con George W. Bush, quien usó tales sesiones informativas para atacar regularmente a Obama en 2008.
Los partidos todavía están en la temporada de primarias y las campañas oficiales para las elecciones presidenciales de junio de 2024 comienzan formalmente recién en septiembre
López Obrador ya se ha enfrentado con la Justicia Electoral precisamente por este tema.
A principios de este año, un tribunal electoral federal dictaminó que López Obrador había violado las normas que prohíben el uso de recursos gubernamentales en las campañas, en relación con los comentarios que hizo durante el período previo a las dos elecciones estatales de México en junio.
En marzo, López Obrador aprovechó su conferencia de prensa matutina para instar a los mexicanos a no votar por los candidatos de la oposición en las dos contiendas estatales, diciendo “no voten por la Alianza Conservadora… no voten por los conservadores”.
Gálvez pidió permiso para responder a los comentarios del presidente durante la conferencia de prensa diaria e incluso obtuvo una orden judicial que le permitió hacerlo, pero López Obrador se negó y dijo que quería “jugar a la política” en la conferencia.
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