Decidido a darle una nueva mirada a la frontera entre México y Estados Unidos, el artista mexicano Enrique Chiu utilizó como lienzo para su arte y para transmitir mensajes de paz y unidad un muro metálico construido por el gobierno estadounidense en 1994, que ya se extiende dos kilómetros.
“Tenemos que ver el muro de otra manera”, dice Chiu sobre los motivos que lo llevaron a comenzar a trabajar, en diciembre de 2016, para dar color a las barras y láminas oxidadas que Estados Unidos había colocado en la misma frontera con México. tiempo atrás. el actual presidente, Donald Trump, habla de ampliarlo a gran escala.
Siete meses después de limpiar y pintar los primeros letreros en la zona de Playas Tijuana, el mural va camino de ser reconocido como Récord Mundial Guinness.
“Pintamos la parte que lo necesita. Para ellos (Estados Unidos) el muro es una forma de trabajo, lo ponen por una razón; para nosotros es otra cosa, es diferente”, dijo el artista de 35 años nacido en Guadalajara, capital del estado de Jalisco.
Chiu presentó el proyecto “Muro de la Hermandad” en las redes sociales en agosto de 2016 y, motivado por la respuesta positiva, comenzó a pintar el 1 de diciembre del mismo año con un presupuesto propio de mil dólares.
“El tema (del mural) es enviar un mensaje a favor de la migración, a favor de la frontera; que la gente pueda ver lo que estamos haciendo en el país, lo que vivimos aquí todos los días”, comenta Chiu, quien estudió en la escuela de artes graficas de guadalajara.
Director de la Fundación Nacional de Artistas Independientes, el mexicano dijo que su vida en la frontera, a donde llegó a los nueve años, y sus estudios en Estados Unidos le han hecho ver la región con una perspectiva que quiere ver reflejada. en el mural.
“Sé lo que significa vivir en la frontera, lo que significa hacer el papel de ese lado, de este lado; sé lo que significa tenerlo todo y no tenerlo, entiendo el tema migratorio”, comentó.
Chiu dijo que documentó con fotografías la participación de 2.000 personas en el mural, entre ellos artistas de países como Argentina, Egipto, España y Venezuela, quienes expresaron por teléfono su deseo de colaborar y pintar.
Cada fin de semana llega más gente y el mural crece unos metros más, todo entre cactus, árboles y tierra, aunque algunas zonas son de difícil acceso.
El artista explicó que si bien ya ha pintado más de dos kilómetros en total, hay un tramo de unos 200 metros en una zona de barrancos y matorrales que será pintado próximamente para que el mural sea la línea continua que quiere.
Cuando escucha las descalificaciones del presidente estadounidense Donald Trump hacia los inmigrantes mexicanos y sus amenazas de construir un muro a lo largo de los 3.152 kilómetros de su frontera compartida, Chiu defiende el propósito original del mural.
“El proyecto empezó mucho antes de que llegara Trump y con la idea de unir ciudades; gana Trump, explota el muro y aparece la gente, pero al final prevaleció la idea”, afirmó el artista, que ya ha expuesto obras en California y Dirige una galería en Tijuana.
El mexicano asegura que por ahora es “impensable” replicar el mural del lado americano, ya que, cuando presentó el proyecto a las autoridades estadounidenses, la respuesta fue “Pinta lo que quieras de ese lado (mexicano); pero puedes”. No de este lado”.
El revuelo entre los vecinos y la prensa llevó a Chiu a trazar metas para comenzar a desarrollar el mural en ciudades fronterizas como Tecate y Mexicali (Baixa California), Naco (Sonora), Ciudad Juárez (Chihuahua) y Reynosa (Tamaulipas).
“La gente tiene mucha fe y queremos hacerlo en nuevas ciudades. Pintaremos algo simbólico para fortalecer la hermandad”, dice el artista, prometiendo: “Crearemos uno de los murales más grandes del mundo”.
México y Estados Unidos tienen una frontera que se extiende más de 3,152 kilómetros, gran parte de la cual está bordeada por el Río Bravo, que desemboca en aguas del Golfo de México.
La construcción del muro fronterizo comenzó en 1994 y hasta ahora comprende un tercio de la línea fronteriza de 3.152 kilómetros de largo.
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