Si tuviéramos un tipo impositivo muy alto, perderíamos competitividad
El III Summit Eventos Brasil se realizará en Senac Aldeota, en la ciudad de Fortaleza (CE), del 11 al 13 de septiembre, con la expectativa de recibir alrededor de 300.000 profesionales de todo Brasil. Se generarán más de 40 horas de contenidos entre la información transmitida al público durante el encuentro y los debates promovidos en las reuniones preparatorias, coordinados por dos grupos formados por los principales organismos del sector.
Las reformas tributaria y laboral son los temas explorados en cada dinámica. El primer día del encuentro se presentarán las propuestas surgidas de los debates, en un intento de adaptar leyes y normas a la realidad que vive hoy el sector.
“Competimos en eventos con países de América Latina, como Argentina, México, Chile y Colombia, además de Europa. Si tenemos un tipo impositivo muy alto, perderemos competitividad”, advierte Sergio Junqueira Arantes, presidente de la Academia Brasileña de Eventos y Turismo, que organiza el evento en colaboración con la Asociación Brasileña de Empresas de Eventos (Abeoc) y sus asociados. en Ceará.
Al igual que otros segmentos que ya se han beneficiado, el turismo de negocios también requiere descuentos en las tarifas, revisión considerada imprescindible para que las micro, pequeñas y medianas empresas que operan en el sector puedan conservar sus empleos y seguir operando.
“Debemos tener cuidado con cualquier medida que perjudique a nuestro sector”, refuerza Fátima Facuri, presidenta de Abeoc Brasil. Impulsando la economía, el turismo de negocios generó R$ 93,6 mil millones en 2022, un aumento del 81,6 por ciento respecto al año anterior, según la Encuesta de Viajes Corporativos (LVC), de FecomercioSP, creada en colaboración con la Asociación Latinoamericana de Gestión de Eventos y Viajes Corporativos. (Alagev).
fresco en blanco
La reforma laboral abarca la otra cara del mundo laboral. El sector argumenta que la legislación no responde a sus particularidades. Las multas por incumplimiento de la jornada laboral, por ejemplo, se consideran injustas porque las empresas no pueden interrumpir el montaje de espacios que tienen plazos cada vez más ajustados hasta que el espacio se abre al público.
“La disputa por las salas reduce la duración de los eventos, impide a los organizadores planificar con antelación y esto aumenta la carga de trabajo”, se queja Arantes. Al realizar más de tres eventos al mes, el propio profesional evita firmar su tarjeta de trabajo. Vivimos en un vacío legal. “El trabajo es por tarea. No existe ninguna legislación que incluya esta peculiaridad. El trabajador pierde su ciudadanía. Queremos garantizar sus derechos actuando conforme a la ley y asumiendo la ciudadanía plena”, afirma Arantes.
Lea el artículo completo en la edición impresa del 4 de septiembre.
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