El epicentro se registró a 137 kilómetros al suroeste de Tonalá, en el estado de Chiapas, pero el temblor también se sintió en la capital Ciudad de México, a cientos de kilómetros de distancia, donde, según vecinos, también se registraron sacudidas luminosas similares a las de la aurora boreal. en redes sociales y en reportajes de prensa local, como el conglomerado de medios Televisa.

¿Pero qué son estos misteriosos destellos de luz? ¿Y qué tienen que ver con el terremoto?

Según investigadores de la Universidad de Rutgers en EE.UU., estas luces aparecen debido a los movimientos de las capas del suelo, que generan enormes cargas eléctricas cuando se producen cerca de las fallas geológicas de la Tierra.

Se conocen como “luces de terremotos” y están documentadas desde el siglo XVII, según un comunicado de la Asociación Sismológica Estadounidense.

Dos días antes del terremoto de San Francisco de 1906, por ejemplo, una pareja vio rayos de luz en el cielo. En 1998, se vio una esfera brillante de luces rosas y violetas 11 días antes de un devastador terremoto en Quebec, Canadá.

Poco antes del terremoto de 2009 en L’Aquila, Italia, los transeúntes vieron “llamas de luz” emerger de los adoquines del centro histórico de la ciudad segundos antes del terremoto.

Las cámaras de seguridad también registraron haces de luz durante el terremoto de magnitud 8,0 que azotó Pisco, Perú, en 2007.

Varios videos publicados en YouTube muestran bolas de luz en el momento del terremoto seguido del tsunami en Fukushima, Japón, en 2011. Y ahora algo similar está sucediendo en México.

Experimentos de laboratorio

Estas luces sísmicas pueden aparecer antes o durante los movimientos sísmicos.

Los rayos más comunes en el cielo son el resultado de la acumulación de carga eléctrica en las nubes. Pero los experimentos realizados en un laboratorio de la Universidad de Rutgers indican que estas luces en realidad son causadas por un aumento de la carga eléctrica en el suelo cuando aparecen grietas.

Los hallazgos fueron presentados en una reunión de la Sociedad Estadounidense de Física por el ingeniero biomédico Troy Shinbrot en 2014.

Su laboratorio creó un modelo en miniatura de las tensiones, fuerzas y rupturas que ocurren durante un terremoto.

Llenaban tinas con diversas sustancias, desde harina hasta pequeñas cuentas de vidrio, y las agitaban continuamente con el objetivo de crear grietas.

La observación de este fenómeno indicó que la fricción provocó cientos de voltios de electricidad, lo que sugiere que incluso los movimientos sutiles del suelo en fallas geológicas son suficientes para cargar la Tierra y provocar rayos en el cielo.

“Tomamos un frasco lleno de harina y lo sacudimos hasta que aparecieron grietas; esto produjo 200 voltios de energía”, dijo Shinbrot.

El equipo dirigido por Troy Shinbrot también observó otros dos tipos de materiales particulados que se fusionan y se deslizan de manera similar a través de la Tierra en áreas más propensas a los terremotos.

Así descubrieron que cuando se mueven, todos desarrollan un voltaje eléctrico, que puede ser mucho mayor si ocurre en medio de fallas geológicas.

“No conozco ningún mecanismo que pueda explicar esto, parece ser un nuevo tipo de física”, dijo.

Advertencia para prevenir desastres

Aún no hay explicación sobre los motivos detrás de la formación de esta carga o por qué las luces aparecen unas veces y otras no.

“No todos los grandes terremotos son precedidos por relámpagos. No todos los relámpagos que caen en el cielo serán seguidos por un terremoto”, dijo Shinbrot.

“Hemos notado que las luces parecen preceder a algunos grandes terremotos de magnitud 5 o superior. Pero el voltaje no siempre es el mismo. A veces es alto, otras veces es bajo”, añadió.

Sin embargo, estos espías podrían ayudar a prevenir desastres.

En el caso del terremoto de L’Aquila, se sabe que un residente vio luces desde el interior de su casa dos horas antes del terremoto y llevó a su familia a un lugar seguro.

Posteriormente surgieron proyectos para observar y registrar estas luces en regiones particularmente vulnerables a los movimientos sísmicos.