Hasta hace unos años era un pequeño camino entre dunas y pantanos que conducía a la desembocadura del Río Grande y al pueblo de Boca Chica, en el Golfo de México, en el extremo sur de Texas. Una cabina de policía revisó los documentos de los viajeros para asegurarse de que no fueran inmigrantes ilegales de México al otro lado del río. Era la época en que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quería extender el muro fronterizo con México hasta el mar. Al final, la playa, y una invitación a respetar a las tortugas en época de desove. Hoy las tortugas siguen ahí, pero la atracción es la plataforma de lanzamiento de la empresa espacial SpaceX, instalada por el empresario multimillonario Elon Musk.
Escucha también 2021, la Odisea de SpaceX
En el camino, una empresa está trabajando para traer electricidad a través de una nueva línea de alto voltaje, y los espectadores observan prototipos de los cohetes gigantes que se supone que conquistarán Marte. Desde su camioneta, Stephanie Calderon, su esposo Miguel y sus dos hijas fotografían la plataforma de lanzamiento. Durante cuatro años, la familia se ha ido de Ohio, en el noreste de los Estados Unidos, y vive en su remolque. Ha visitado 48 estados del país, solo faltan Hawái y Alaska. Pero a Miguel Calderón le gustaría ser contratado por SpaceX como técnico de ingeniería e instalarse cerca de Boca Chica.
“A mi marido siempre le ha fascinado el espacio. Pero no es fácil ser contratado por la NASA. [l’agence spatiale américaine]. Elon Musk puede hacer realidad su sueño”, Stephanie Calderón explica. La joven explora los alrededores, busca escuelas después de educar ella misma a sus hijos y descubre que a veces solo se habla español en este lado del Río Grande, donde sin duda se radicará. La región, una de las más pobres de Texas, atrae ahora a quienes sueñan con el espacio y la conquista de Marte.
Casi todos han desaparecido.
La instalación de Elon Musk en estos lugares no fue fácil. A principios de la década de 2010, SpaceX había explorado varios lugares, que fueron eliminados: Puerto Rico, servido solo por mar, Florida, donde tendría que hacer cola para lanzar sus cohetes con otros competidores, y Texas, que ofreció subvenciones para recibir al multimillonario. en 2014. Estas subvenciones, que ascendieron a 32 millones de dólares (29,1 millones de euros), no fueron fáciles, dado el lamentable pasado de la ciudad con los industriales.
Los exalumnos recuerdan una fábrica de neumáticos, Titan Tire, que abrió una tienda en 1997 pero se fue rápidamente cuando los sindicatos en su histórica planta de Illinois cancelaron la huelga y redujeron sus demandas: el área de Boca Chica fue atendida de cebo. Excepto que este no es el caso con SpaceX, para escuchar a Nick Serafy, un empresario que se ofreció como voluntario en el proyecto financiero para las autoridades locales: “El proyecto SpaceX proporcionó 800 puestos de trabajo. Estamos en 1.800 y más del 80% viene de la región. es fenomenal “
Todavía tienes el 70,89% de este artículo para leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.
“Hipster-friendly writer. TV enthusiast. Organizer. General entrepreneur. Internet pioneer.”