Colombia a la izquierda – 20/06/2022 – Opinión

A pesar de una campaña plagada de ataques y discursos apocalípticos de ambos bandos, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia transcurrió sin mayores problemas, consagrando a Gustavo Petro como vencedor.

Venció al candidato populista Rodolfo Hernández con un puntaje entre 50,4% y 47,3%, en la competencia más reñida de los últimos 28 años. Tras postularse por tercera vez, el exalcalde de Bogotá se convertirá ahora en el primer líder de izquierda en la historia del país sudamericano. Además, tiene como suplente a una negra, Francia Márquez.

Para lograr este triunfo sin precedentes, Petro necesitaba, más que vencer a su oponente, vencer la resistencia que su pasado como exmiembro del grupo rebelde M-19, desmovilizado en 1990, aún genera en un país traumatizado por décadas de conflicto que involucran. guerrillas armadas de izquierda.

Trató de distanciarse de los regímenes dictatoriales del continente, como Cuba y Venezuela, y, contrario a lo hecho en las elecciones anteriores, se presentó con un perfil más moderado, tratando de articular acuerdos con los sectores económicos.

Al igual que en otras elecciones recientes en América del Sur, el voto colombiano se ha caracterizado por un rechazo al establecimiento político y un fuerte deseo de cambio, que se puede medir, en una nación donde el voto no es obligatorio, por la participación más alta. encuestas desde la década de 1970.

Petro gobernará un país que, a pesar de haber logrado recuperarse económicamente de la caída sufrida durante la pandemia, aún sufre sus efectos sociales nocivos.

Si el producto interno bruto de Colombia registró el mayor crecimiento de su historia en 2021 (10,6%), hoy cerca del 40% de la población vive en la pobreza y el desempleo alcanza el 12%.

Además de la urgencia de atender esta situación, el ex alcalde de Bogotá asume la presidencia con un ambicioso programa de reformas.

Entre sus principales objetivos se encuentra la promesa de reducir la dependencia del petróleo y el carbón, convirtiendo al país en un modelo de lucha contra el cambio climático en la región. También busca implementar la reforma agraria, subir los impuestos a los colombianos más ricos y renegociar los tratados de libre comercio.

A esto se suma la reestructuración de los sistemas de salud y educación, así como la implementación de puntos del pacto que llevó al fin de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

La pobre base de apoyo parlamentario obtenido por Gustavo Petro compite con tales pretensiones. Su coalición, el Pacto Histórico, tiene menos de una quinta parte de los escaños en el Congreso bicameral.

Aparte del caso de Brasil, donde Jair Bolsonaro (PL) buscará una difícil reelección, la izquierda ha conquistado triunfos en las principales economías de América Latina: México, Argentina, Chile, Perú y, ahora, Colombia. Las actuales condiciones de gobierno, en un mundo de pandemia, inflación y riesgo de recesión, son hostiles a todas las ideologías.

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Tercero Antunez

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