El jueves (26) Estados Unidos dijo que en ningún caso invitaría a representantes del gobierno venezolano de Nicolás Maduro a la Cumbre de las Américas, prevista para el próximo mes en Los Ángeles, desmintiendo las especulaciones de que eso pueda suceder.
“Absolutamente no. No lo reconocemos como un gobierno soberano”, dijo el coordinador de la cumbre, Kevin O’Reilly, a un comité del Senado cuando se le preguntó sobre la posible participación del gobierno de Maduro.
Estados Unidos considera ilegítimo al gobierno de Maduro, reconociendo al líder opositor Juan Guaidó como presidente interino desde 2019. La semana pasada, sin embargo, EE.UU. levantó algunas sanciones contra Venezuela, buscando puentes para el diálogo con el régimen de Maduro.
Consultado sobre la posible participación en la cumbre del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, quien gobierna con prácticas autoritarias, O’Reilly también fue categórico.
“No”, dijo.
O’Reilly fue menos contundente al responder preguntas sobre la posible participación de representantes del gobierno cubano.
Dijo que la Casa Blanca es responsable del asunto, pero que él sepa, aún no se han enviado invitaciones.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, anunció el miércoles (25) que “en ningún caso” participará.
El presidente estadounidense, Joe Biden, quiere que la Cumbre de las Américas promueva la democracia en América Latina y genere una mayor cooperación en temas migratorios, prioridad para Estados Unidos.
Sin embargo, corre el riesgo de que le vacíen la cúpula. Los mandatarios de Brasil y México, los dos países más grandes de América Latina, inicialmente declararon que no querían asistir a la reunión.
El presidente Jair Bolsonaro no justificó su decisión de no asistir a la reunión.
En los últimos días, la Casa Blanca ha ofrecido una reunión bilateral entre Biden y Bolsonaro -quienes, que sepamos, nunca se han hablado directamente- con el objetivo de convencer al presidente brasileño. Según el columnista Lauro Jardim, Bolsonaro accedió a asistir a la cumbre a cambio de la reunión.
México, por su parte, dijo que boicoteará la reunión si Estados Unidos no invita a todas las naciones del hemisferio. El país fue seguido por Bolivia.
O’Reilly dijo que el gobierno estaba “en constante diálogo” con México después de que el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, dijera que no asistiría “a menos que todos estén invitados”.
“Ciertamente estamos hablando con el gobierno mexicano y con todos los gobiernos de la región sobre estructura y organización”, dijo O’Reilly.
La administración Biden también ha indicado que tiene la intención de invitar a grupos de la sociedad civil latinoamericana a la reunión.
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