Históricamente, la legalización del cannabis ha sido más una lucha de izquierdas, donde la derecha ha adoptado un enfoque más punitivo. Pero como Canadá y California han demostrado que la marihuana tiene peso económico, las cosas tienden a confundirse.

En Bélgica, la represión total ya no es necesariamente apoyada por los partidos. Lo que observamos es que Flandes, políticamente más a la derecha, generalmente se opone más a la flexibilización de las leyes sobre el consumo de cannabis que la vecina Valonia, donde los partidos de izquierda son mayoría. En Valonia, solo el CDH todavía se opone a la legalización.

“El PS quiere cambiar radicalmente su enfoque. Ha llegado el momento de realizar una verdadera política de salud pública sobre el cannabis y acabar con la hipocresía que reina en este sector”, comenta Paul Magnette. Para el presidente de los socialistas, el establecimiento de una política de salud pública (prevención y reducción de riesgos) es imposible con la criminalización. El PS por lo tanto quiere “regular“cannabis, tanto legalizando como estableciendo lineamientos muy estrictos.

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