En la avenida Franklin Roosevelt 7 de Rabat, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí, se contabilizan los puntos: entre los estados que han decidido abrir una representación consular en el Sáhara, los que han reconocido explícitamente la soberanía marroquí sobre este territorio, y los , como recientemente España, que ha decidido apoyar el plan de autonomía de Marruecos, los últimos años han sido prósperos para la diplomacia cherifiana, que también está en el expediente de prioridades del reino.
Mientras que 84 de ellos reconocieron a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) en 1991, hoy solo 31 lo hacen. Pero, más allá del reconocimiento formal o informal de la ADRS, lo significativo es la posición mostrada frente a las negociaciones. Y en la diplomacia cada palabra cuenta.
Así, el “apoyo a una solución negociada por la ONU”, que consiste básicamente en promover la organización de un referéndum en el Sáhara -una de las misiones de la Misión de Naciones Unidas para la Organización de un en el Sáhara Occidental (Minurso)- es en realidad sólo la posición más consensuada sobre este dossier, la de los estados que no quieren enfadarse ni con Marruecos ni con su vecino argelino, el principal apoyo estatal a las reivindicaciones del Polisario.
Porque quienes no se adhieren a esta cautelosa posición legalista (Argelia, Sudáfrica, Botswana, Costa Rica, Cuba, México, etc.) afirman explícitamente que apoyan el referéndum de autodeterminación. Manera de rechazar sin mencionar el plan de autonomía marroquí propuesto en 2007, que es, en opinión de varias potencias influyentes (Estados Unidos, Alemania, Francia y ahora España, en mayor o menor grado), la base más realista para resolver este conflicto, que va adelante desde 1963.
El 20 de abril tendrá lugar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, en la que el Representante Especial para el Sáhara Occidental y Jefe de Minurso, Alexander Ivanko, y el enviado personal del Secretario General de la ONU, Staffan de Mistura, presentarán su último informe a los 15 miembros del órgano ejecutivo de las Naciones Unidas.
Para comprender mejor la dinámica diplomática que se desarrolla en este caso que ha envenenado las relaciones entre Rabat y Argel durante varias décadas, África joven te ofrece un mapa para verlo más claro.
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