Exgerente de la base Grêmio, Júnior Chávare aceptó el desafío de ocupar el mismo cargo con la salida de Rui Costa y pasó al profesional hasta septiembre de 2016, tiempo suficiente para actuar activamente, por ejemplo, en las negociaciones que llevaron a la llegada de el defensor Walter Kannemann en Grêmio a mitad de temporada. Antes, el argentino pertenecía a Atlas, de México.
Chávare, en una entrevista publicada por UOL Esporte, señaló al zaguero como la “pieza que faltaba” para completar la plantilla de 2016 y elogió inmensamente el poder de liderazgo del zurdo:
“Tiene un tiempo de pelota impresionante. Pero sobre todo queríamos un jefe de vestuario. Desde su llegada siempre ha sido muy fuerte, enérgico, tenía claro lo que quería”, comentó, antes de agregar:
“¿Conoces la historia de la pieza faltante del rompecabezas? Esta es la historia de Kannemann al Grêmio. Le dio una gran ventaja en esa parte al vestuario. Es un líder emocional natural, auténtico y espontáneo”.
Prácticamente al mismo tiempo que Grêmio fichaba a Kannemann, el Inter aceptaba la llegada de Nico López, procedente del Udinese, a su plantilla. Este hecho, según el exdirigente de Grêmio, le dio una “bocina” al defensor argentino cuando vio la noticia tratada de manera diferente en el mismo diario:
“Tomó el periódico para leer y vio solo una pequeña nota al pie y más de media página hablando de Nico. Kannemann preguntó: “¿Quién es este?” y dije que era el delantero que había metido el rival. Sonrió y dijo: ‘Este será mi desayuno’”, concluyó Chávare.
Actualmente, Kannemann se recupera de una cirugía de cadera en diciembre y se espera que regrese al equipo entre abril y mayo.
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