Sao Paulo – Con la vacante dejada por Brasil por Jair Bolsonaro, Argentina asumió este viernes (7), en reemplazo de México, la presidencia rotatoria de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac). La decisión fue ratificada por los cancilleres de 32 de los 33 países latinoamericanos. Y así el país gobernado por Alberto Fernández asume la conducción de la institución. Bajo el gobierno de Bolsonaro, opuesto al multilateralismo y sumiso a Estados Unidos, Brasil llamó a la exclusión de la CELAC en 2020. Esta fue una de las decisiones de política exterior considerada desastrosa e incluso vergonzosa por los analistas. Esto a pesar de la importancia del bloqueo, quizás el principal canal de diálogo entre China y América Latina.
A pesar de los llamados de México, Itamaraty, entonces encabezada por el ministro Ernesto Araújo, oficializó que dejaría la comunidad el 15 de enero de 2020. Araújo dijo que no había condiciones para que la CELAC actuara “en el actual contexto de crisis regional”.
La Celac fue creada en febrero de 2010, en el último año del mandato del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva. Con la excepción de Estados Unidos y Canadá, y ahora Brasil, reúne a todos los países de la Organización de los Estados Americanos. Para los gobiernos de centroizquierda de la región, la influencia de Washington en la OEA ha sido evidente.
recuperación pospandemia
En un artículo publicado este viernes en el diario argentino Pagina 12La politóloga Dolores Gandulfo dijo que la CELAC, bajo la presidencia argentina, tiene el desafío de promover “la cooperación e integración entre los estados, la coordinación para la recuperación económica pospandemia y el acceso igualitario a las vacunas”. Entre 2017 y 2019, dijo el analista, el bloque pasó por un “período de distanciamiento y parálisis por el surgimiento de gobiernos conservadores en el continente”.
Según ella, la presidencia argentina se esforzará por fortalecer la integración latinoamericana y la “integración inteligente al mundo”. Dice que su país puede intentar liderar un proceso de expansión de gobiernos progresistas en la región. Y cita los de Luis Arce en Bolivia, Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras y, ahora, Gabriel Boric en Chile.
“La marca lanzada por los mandatarios mexicanos y la posibilidad de que las candidaturas de Gustavo Petro y Lula da Silva en las elecciones de 2022 se consoliden en Colombia y Brasil representan una oportunidad. Pero es claro que vivimos en una situación regional y global diferente a la que se vivía a principios de siglo. Por lo tanto, este entendimiento es fundamental para evitar errores”, agregó.
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