Fue bajo la lluvia torrencial, el gesto cansado pero el aire triunfante, que Evo Morales ingresó a La Paz el 29 de noviembre. Dio un paseo al final de una caminata de seis días que él mismo había organizado. “Defensa del gobierno” de su delfín, Luis Arce. “Aquí está tu gente, mi hermano “Desgastado“, aquí están las personas que te defenderán “, le dijo al presidente, que caminaba a su lado.
Esta demostración de fuerza fue una oportunidad para mostrar una fotografía de la mayoría unida, mientras se sentían disensiones en las filas. “Nuestro pedido es que la ley respete más del 55% [des voix] desde las elecciones del año pasado [Luis Arce avait été élu avec 55,1 % des suffrages le 18 octobre 2020] “ Y ” [n’]usar [pas] ” pretextos para “conspirador”Evo Morales siguió rodeado de sus seguidores, tomando una de sus antífonas.
A quienes soñaban con su muerte política cuando abandonó apresuradamente el poder en noviembre de 2019, exiliéndose en México y luego en Argentina, el expresidente de izquierda (2006-2019) ha demostrado que la historia de Bolivia no se puede escribir sin él. “Volveré con más fuerza”, había advertido a Evo Morales al inicio, el 10 de noviembre de 2019, sin dudar de su suerte.
TV y redes sociales
En las últimas semanas, Evo Morales ha estado en todas partes: junto al presidente Arce, electo en octubre de 2020, en la plataforma presidencial, en las televisiones nacionales e internacionales … Y también en Perú, un país vecino, donde el número de estadías federadas está aumentando el izquierda regional, alimentando la ira de los parlamentarios de derecha peruanos que lo acusaron de“Interferencia” y declaró “Persona non grata”.
Impulsado a dimitir, después de casi catorce años de liderazgo, por una oposición que lo acusaba de defraudar las elecciones presidenciales, Evo Morales se exilió durante un año -duración del gobierno de transición de Jeanine Añez-, antes del regreso de su Movimiento al Socialismo ( MAS) en el poder, en noviembre de 2020. Nunca se retiró de la vida política, sin embargo, comentando las noticias, aumentando el número de conferencias y ocupando las redes sociales de Buenos Aires. De regreso al país tras el asentamiento de Luis Arce, desde entonces ha sido designado jefe del MAS y ocupa el frente de la escena política y mediática, hasta el punto de eclipsar en ocasiones a su delfín.
Por supuesto, Evo Morales no es el mismo de hace dos años. Debilitado, está plagado de críticas dentro de su propio partido. A algunos les gustaría que dejara espacio para otros. ¿Y no demostró la elección de Luis Arce que el MAS puede ganar elecciones sin él, impensable hace apenas dos años?
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