“Acepté la invitación del gobernador de Texas Greg Abbott de acompañarlo en una visita oficial a la diezmada frontera sur de nuestra nación el miércoles 30 de junio”, anunció Trump en un comunicado sin brindar una posición específica.
Trump acusó a Biden de haber heredado la frontera “más fuerte y segura” de la historia del país y, en pocas semanas, de haberla convertido “en una zona de absoluta calamidad”.
“Hemos pasado de la seguridad fronteriza que era la envidia del mundo a una frontera sin ley que castiga en todo el mundo”, criticó.
Las duras medidas antiinmigrantes del gobierno de Trump han reducido el flujo de migrantes, pero este primer gobierno de Biden ha batido récords de viajeros indocumentados todos los meses desde marzo. En mayo, alrededor de 180.000 personas fueron arrestadas después de cruzar ilegalmente la frontera, un máximo en 15 años.
La situación, que el gobierno de Biden atribuye al deterioro de las condiciones en los países de origen de los migrantes, principalmente centroamericanos, ha llevado a los republicanos a denunciar una crisis fronteriza creada por el mensaje más benévolo del presidente sobre inmigración.
En este contexto, el gobernador republicano de Texas ha anunciado que reanudará la construcción del muro fronterizo planeado por Trump después de que Biden detuviera el proyecto.
Texas “hace lo que Biden SE NIEGA a hacer: proteger a nuestros ciudadanos a lo largo de la frontera sur”, dijo Abbott el martes.
El 12 de enero, Trump realizó su última visita oficial a la frontera de Estados Unidos en Texas, donde apoyó la construcción del muro.
El expresidente republicano hizo de la lucha contra la inmigración, tanto legal como ilegal, una de las prioridades de su mandato, y poco después de su victoria en 2016, ordenó la construcción de un muro de 3.200 kilómetros de la frontera con México.
En el mandato de cuatro años de Trump, las obras consistieron principalmente en mejoras o refuerzos a las estructuras de barrera existentes.
Trump, excluido de las redes sociales y encarcelado en su casa en Mar-a-Lago, Florida, sigue siendo muy influyente dentro del Partido Republicano y regularmente revela sus simpatías o críticas a través de comunicados de prensa. También sugiere que podría postularse para un nuevo mandato en 2024.
Desde que dejó la Casa Blanca, ha asistido a la Convención Conservadora Anual (CPAC) a fines de febrero y a la convención del Partido Republicano de Carolina del Norte a principios de junio.
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