Ford se ha convertido en la última gran empresa norteamericana en cancelar sus planes de trasladar la producción de Estados Unidos a otros países, lo que indica que las amenazas del presidente electo a las empresas que lo hagan están teniendo efecto.

La automotriz anunció el martes (3 de enero) su decisión de suspender la construcción de una nueva planta en México, que representó una inversión de mil 600 millones de dólares.

Alternativamente, Ford invertirá 700 millones de dólares (672 millones de euros a precios actuales) para ampliar la capacidad de su fábrica en Flat Rock, Michigan. Se crearán 700 puestos de trabajo en la unidad norteamericana, donde se desarrollarán coches autónomos y eléctricos. El Ford Focus de próxima generación se producirá en la planta de Hermosillo en México. El Focus actual se produce en Michigan y esta unidad recibirá a cambio siete nuevos modelos de coches eléctricos.

Esta decisión se produce tras varias amenazas de Donald Trump de que aumentaría los impuestos a las empresas estadounidenses que invierten en el exterior a costa del territorio nacional. General Motors fue el último objetivo. “Producir en Estados Unidos o pagar enormes impuestos aduaneros”, afirmó el presidente electo en Twitter, la plataforma hasta ahora favorita para difundir su mensaje.

El director ejecutivo de Ford, Mark Fields, dijo a CNN que esta inversión en Michigan es un “voto de confianza” en el nuevo entorno empresarial creado por Donald Trump, así como en la economía norteamericana.

Sin embargo, el director general de la automotriz aseguró que esta decisión no se tomó luego de negociaciones con el presidente electo de Estados Unidos. “No hicimos negocios con Trump. Hicimos nuestros negocios”, aseguró Fields, quien comunicó la decisión de la compañía a Trump y a su vicepresidente esta mañana.

Durante la campaña electoral, Trump criticó abiertamente la decisión de Ford de invertir en México, prometiendo que aplicaría una tasa impositiva del 35% a los automóviles producidos en México y vendidos en Estados Unidos.

Ford emplea a 85.000 personas en Estados Unidos y sólo a 8.800 en México.

Una vez conocida la decisión de Ford, el peso mexicano acentuó la tendencia negativa, depreciándose cerca de 1% frente al dólar.