Por Trevor Hunnicutt

Por Steve Holland, Jarrett Renshaw y Trevor Hunnicutt

WASHINGTON, 19 de octubre – El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió el jueves a los estadounidenses que apoyen miles de millones de dólares más para gastar en Israel y Ucrania, y utilizó un inusual discurso en la Oficina Oval para decir que el apoyo de Estados Unidos es esencial para dos aliados principales inmersos en guerras.

“El liderazgo estadounidense es lo que mantiene unido al mundo. Las alianzas estadounidenses son lo que nos mantiene seguros a nosotros, Estados Unidos”, dijo Biden.

El presidente estadounidense ha tratado de vincular a los militantes de Hamas en la Franja de Gaza que atacaron a Israel con el presidente ruso Vladimir Putin, cuyas fuerzas invadieron Ucrania.

“Hamás y Putin plantean amenazas diferentes, pero tienen esto en común: ambos quieren destruir una democracia vecina”, dijo.

Biden habló unas 20 horas después de regresar de un turbulento viaje a Israel para mostrar la solidaridad de Estados Unidos tras el ataque del 7 de octubre por parte de militantes de Hamas desde Gaza que mató a 1.400 personas en el sur de Israel.

El mensaje de Biden tenía cierta urgencia. Israel está a punto de lanzar una ofensiva terrestre para expulsar de Gaza a los militantes palestinos de Hamas, y las tensiones son altas tras una explosión mortal en un hospital de Gaza.

Biden dijo que Israel no fue responsable de la explosión, como han afirmado los funcionarios de Hamás, pero dijo: “No podemos ignorar la humanidad de los palestinos inocentes que sólo quieren vivir en paz y tener oportunidades”.

Biden expresó su preocupación de que algunos estadounidenses se pregunten: “¿Por qué le importa a Estados Unidos” que Estados Unidos apoye las guerras?

“Sé que estos conflictos pueden parecer lejanos”, dijo.

Pero dijo que los adversarios de Estados Unidos están observando cómo se desarrollan ambos conflictos y podrían provocar problemas en otras partes del mundo dependiendo del resultado.

Biden ha pedido un gasto de emergencia que, según funcionarios estadounidenses, ascenderá a unos 100.000 millones de dólares el próximo año para Israel, Ucrania y Taiwán y para la seguridad a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.