La frontera entre Estados Unidos y México es la ruta terrestre más mortífera para los migrantes en el mundo. Este martes, la Organización Internacional para las Migraciones, OIM, confirmó 686 muertos o desaparecidos en la ruta en 2022.
Casi la mitad de las 1.457 muertes y desapariciones de migrantes en las Américas ocurrieron a lo largo de esta ruta, en el año considerado el más mortífero registrado desde que comenzó el proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM en 2014.
Frontera entre Texas y México
La agencia advierte que el número real de víctimas podría ser mucho mayor, dada la falta de datos oficiales, principalmente de los forenses de la frontera Texas-México y de la agencia mexicana de búsqueda y rescate.
Casi la mitad de las vidas perdidas en la frontera entre Estados Unidos y México, o 307, fueron personas que intentaban cruzar a territorio mexicano a través de los desiertos de Sonora y Chihuahua.
La OIM también destaca un aumento de las muertes registradas oficialmente en otras regiones desérticas utilizadas como rutas migratorias irregulares, como el Sahara. 212 personas murieron en la ruta africana, pero debido a la naturaleza remota de estas zonas, los datos pueden estar incompletos.
Para la agencia de la ONU, las cifras “alarmantes” reflejan las consecuencias fatales de las medidas adoptadas por países que no pueden “garantizar rutas migratorias seguras y regulares”.
Mejorar la protección de los grupos vulnerables
Para proteger a los migrantes que buscan un futuro más seguro, el llamado a las autoridades nacionales es abordar las causas profundas de la migración irregular, mejorar la ayuda humanitaria y mejorar la protección de los grupos vulnerables.
El aumento de muertes en las rutas migratorias en el Caribe, de 245 a 350, es una de las tendencias más preocupantes de 2022. El aumento fue impulsado por personas que salieron de República Dominicana, Haití y Cuba.
En la selva del Darién, entre Panamá y Colombia, ocurrieron 141 muertes en el período analizado. La naturaleza remota y peligrosa de la zona, combinada con la presencia de bandas criminales, sugiere que el número real de víctimas es mayor.
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