México, 1 oct (EFE).- La mexicana Alma Guillermoprieto, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, reconoció este domingo que estaba atrasada en los tiempos del reportaje en profundidad y que la solución podría ser escribir menos con más imágenes.
“Creo que es hora de escribir crónicas largas; tenemos que entenderlas y ser más concretos, tenemos que saber contar las pruebas de una forma más cinematográfica, con muchas imágenes y que sean divertidos”, dice el autor en una entrevista con EFE.
Considerado uno de los penachos más lúcidos del periodismo español de los últimos 40 años, Guillermoprieto cree que los editores están asustados por los cambios de la tecnología y la realidad de las redes sociales y que siempre hay que colaborar con la realidad.
“La realidad es que una noticia larga, como esas que tenían 12.000 palabras, hoy todavía tengo tiempo de leer. Me parece trágico, pero demasiadas veces me he encontrado con un ejemplar de una revista con un artículo mío doblado”. el medio porque la gente cae en la mitad”, señaló.
Sin embargo, el Premio Ortega e Gasset de Periodismo defendió la idea de seguir contando historias porque siempre habrá lectores interesados en ellas.
Alternativas para reporteros
Refiriéndose a la realidad de los periodistas, Guillermoprieto acepta que los libros de noticias son una alternativa, pero se venden mal y medita sobre la posibilidad de que las agencias de noticias tengan más espacio para historias profundas y bien contadas.
“No es fácil convencer a EFE, por ejemplo, pero sería fantástico que las agencias de noticias empezaran a publicar reportajes de 2.000 palabras, sería fantástico y aumentaría el espacio disponible”, afirmó.
La mexicana fue bailarina contemporánea en su juventud, ingresó al periódico por casualidad y luego de ir a Nicaragua a escribir sobre la revolución sandinista, se ganó el respeto de los principales reporteros del continente, entre ellos el premio Nobel colombiano Gabriel García Márquez y el argentino. Tomás Eloy Martínez.
“Una de mis mayores influencias fue García Márquez. Cuando leímos “Cien anni di solito” cuando recién nos fuimos, vivíamos, solos, en este mundo de fantasía, con la perfección de la narrativa, la perfección técnica, eso es lo que sigo. Aspirar a “respetarlo fue un privilegio”, reveló.
Un impulso con la hora del cura
Durante 74 años, Alma Guillermoprieto ha sentido el paso del tiempo. Sabe que, como toda la humanidad, algún día será derrotado, pero al mismo tiempo mantiene su obsesión por seducir a los lectores con sus crónicas.
“Soy reportero y soy escritor, y los escritores no nos alegramos porque la mente no deja de trabajar y no deja de interesarse por el mundo. Qué pensar, siempre hay cosas que queremos decidir”.
Alma cree que escribir es como preparar una bebida para encantar al lector, idea que triunfó hace tres días cuando su obra fue incorporada a la Biblioteca de Escritoras de Casul, Casa Universitaria del libro de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Intento que el lector se sienta en el lugar de la noticia. Ésa es la vitalidad de la noticia, hacer que nuestros lectores experimenten lo que nosotros vivimos”, concluyó.
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