Los restos perdidos de una antigua aldea teotihuacana han sido desenterrados por arqueólogos en el centro de la capital de México. Los hallazgos incluyen cerámicas y entierros humanos, según anunció a finales de julio el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Un equipo del INAH trabajó entre marzo y junio de 2023 en el límite del conjunto urbano Nonoalco-Tlatelolco, en la Ciudad de México. Los expertos reconocieron el asentamiento azteca a partir de elementos constructivos, como canales, pisos, alineamientos de piedra, huecos para postes, un pozo artesiano y nivelaciones bien ejecutadas que se alternaban con grandes concentraciones de cerámica.
Además, se encontraron tres fosas humanas: una de un individuo más joven y dos de adultos. Los restos estaban acompañados de una serie de cuencos pulidos con base de anillos, de características teotihuacanas.
Los restos cerámicos encontrados sugieren que el asentamiento existió alrededor del 450-650 d.C. “Con estos nuevos descubrimientos se ha consolidado y demostrado la existencia de un pueblo de ocupación teotihuacana en la zona de Tlatelolco”, informan el arqueólogo Juan Carlos Campos Varela y la arqueóloga María Abigail Becerra. Amezcua, quien dirigió las investigaciones, en una oracion.
Las nuevas investigaciones confirman las evidencias de este asentamiento reportadas previamente por el arqueólogo Francisco González Rul, entre 1960 y 1964. El especialista descubrió la cerámica durante la construcción de edificios en la capital mexicana de la época. Concluyó que los restos pertenecían a un pueblo pesquero-recolector cuya subsistencia se basaba en el autoconsumo y aprovechamiento de los recursos del lago de Texcoco.
“El descubrimiento fue sorprendente”, dijo Campos Varela, en un correo electrónico al sitio La ciencia en vivo. “Esto demuestra que, hace 1,300 años, los islotes dentro del lago de Texcoco, sobre el cual se fundó la Ciudad de México [depois que o lago foi drenado]ya mantenían una población estable que explotaba los recursos del entorno lacustre”.
Según los investigadores, además de la subsistencia, la economía del pueblo se basaba en la producción mixta, con explotación excedente del lago y caza, posiblemente combinada con la producción artesanal de cerámica. Los hallazgos artesanales incluyen estatuillas moldeadas sólidas y articuladas, objetos de piedra verde, conchas, ofrendas funerarias y diversas puntas de proyectil.
Aunque el asentamiento recién ubicado puede haber sido rural, el sitio puede haber creado vínculos de comercio y dependencia con otros centros gubernamentales de Teotihuacan inmediatamente en la orilla occidental del lago de Texcoco.
“El descubrimiento es raro porque ocurrió en un contexto totalmente urbanizado, donde la posibilidad de encontrar evidencia arqueológica asociada a la cultura teotihuacana era muy baja”, agregó Campos Varela.
Los arqueólogos han completado las excavaciones y ahora están analizando los materiales y huesos encontrados. Mientras tanto, continúa el seguimiento arqueológico de las obras de construcción realizadas en la zona.
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